Tenemos menos de tres décadas para cambiar radicalmente la forma en que producimos, fabricamos, cultivamos, comemos, viajamos, consumismo y nos entretenemos. En resumen, la forma en que vivimos. Los líderes políticos son los que tienen el poder real de adoptar medidas que atajen el calentamiento global. En los últimos años, los gobiernos se han dado realmente cuenta de la urgencia de abordar el cambio climático.
Muchos países se han comprometido a ser neutrales en carbono en 2050. Algunos tiene planes más ambiciosos: Austria y Uruguay se han comprometido a lograrlo en 2040. China, que tiene la mayor huella de carbono mundial, se ha fijado un objetivo a más largo plazo de 2060. Pese a estos loables compromisos, todavía estamos muy lejos de estar en vías de lograr la neutralidad global en carbono en 2050.
Es necesario actuar con mayor urgencia. “Si utilizamos un sistema de semáforo de rojo, naranja y verde, diría que ahora está en naranja, aunque hace un año habría dicho que estaba en rojo”, afirma Lucian Peppelenbos, estratega sobre el cambio climático de Robeco El cambio a naranja se debe sobre todo a los recientes compromisos oficiales en Asia, China, Japón y Corea del Sur.
Otro importante motivo para abrigar más esperanzas este año es que ahora sabemos lo que EE.UU. va a hacer, después de haber regresado al Acuerdo de París. Teniendo todo eso en cuenta, los países responsables del 63% de las emisiones globales estarán en línea con el objetivo global de emisiones netas cero.
Todas las partes interesadas tienen que actuar
Aunque el poder para evitar los riesgos climáticos recae en los líderes políticos, eso no significa que las otras partes interesadas deban esperar de brazos cruzados a que la normativa cambie. La tarea de lograr la neutralidad global en carbono en 2050 es de tal envergadura que cualquier contribución resulta valiosa. Aquí es donde las iniciativas de los inversores pueden ayudar.
En los dos últimos años, el cambio climático ha adquirido creciente importancia para la inversión, y no va a dejar de hacerlo. Constituye un factor básico o significativo de la política de inversión de casi tres cuartas partes de los inversores. Eso supone un enorme aumento en solo los dos últimos años, cuando el porcentaje equivalente era de solo una tercera parte de los inversores1.
Este importante cambio demuestra que los inversores aceptan ahora la necesidad de acción coordinada mundial para detener el aumento catastrófico del calentamiento global. Aunque los inversores dependen de que se den otras condiciones necesarias, pueden de hecho jugar un papel esencial para redirigir capital hacia la economía verde, circular y baja en carbono, ayudando así al mundo a pasar del naranja al verde.
Para saber más sobre la urgencia de actuar en materia de cambio climático, visite la sección especializada de nuestro hub de inversión climática.