Según Graham, el rechazo a las acciones de crecimiento que se inició cuando el mundo empezó a controlar el Covid-19 se fundamenta en la subida de los tipos de interés y el atractivo que supone la menor huella de carbono de muchas empresas orientadas al valor.
La inversión value consiste en la práctica de seleccionar empresas cuya cotización de mercado no refleja su auténtico potencial, con las consiguientes posibilidades de revalorización. Con el encarecimiento de los valores de crecimiento, dominantes desde la crisis financiera global, los inversores han estado más de una década buscando “algo seguro”, pero ese invierno value llega a hora a su deshielo.
“El estilo growth no está definido desde una perspectiva factorial, mientras que el value sí tiene un enfoque claro”, comenta Graham, gestor jefe de cartera del equipo de soluciones multiactivo sostenibles de Robeco. “El estilo de crecimiento es una mezcla de calidad/previsibilidad de los beneficios y momentum del modelo de negocio de empresas con un potencial de beneficios muy elevado y en condiciones de dominar el mercado”.
“Algunas empresas tendrán éxito; son los nombres que todos conocemos. Sin embargo, muchas fracasarán al ponerse en entredicho sus modelos de negocio y quedarse sin “dinero barato”. ¿Se acuerdan de Napster, Boo, Broadcast, Netscape, Bear Sterns, Pebble, etc.?”.
A riesgo del comprador
Eso no quiere decir que el estilo de valor no tenga sus propios peligros y, como advierte el viejo lema ‘caveat emptor’, el comprador asume los riesgos, afirma Graham.
“El riesgo más claro de la inversión value lo representa la ‘trampa del valor’, en la que las empresas no innovan para escapar de un sector ‘moribundo’, o, desde una perspectiva sostenible, en el caso de empresas con activos bloqueados”, continúa este experto. “Hay muchos ejemplos históricos y actuales de empresas y sectores que pueden citarse: carbón, tabaco, película fotográfica, etc.”.
“Podemos ver que los sectores e industrias del estilo value cambian: hoy en día, tecnología y atención sanitaria representan el 20% de muchos fondos de valor. Somos unos partidarios decididos de la gestión activa, que puede servir para evitar y mitigar esas deficiencias”.
Giro en contra del crecimiento
“Los datos muestran que el giro en contra del crecimiento se inició en el 3T de 2020, o sea, que no es algo reciente. El sector financiero empezó a recuperarse cuando la Reserva Federal de EE.UU. abandonó la QE adoptada con el Covid y los inversores se dieron cuenta de que los estímulos fiscales exigirían una subida de tipos, tras reabrir las economías y recuperarse el mercado laboral hacia el pleno empleo”.
“En resumen, la pendiente de las curvas de rentabilidad empezó a aumentar, para después aplanarse a finales de 2021. Eso hizo que parte del universo value recuperara terreno, aunque a finales de 2021 los estilos value y growth estaban emparejados”.
Tras el traspiés del mercado bursátil de comienzos de 2022 por los temores a una inflación elevada, el rally del valor se reactivó cuando el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de EE.UU. elevaron tipos para luchar contra la espiral inflacionista; y después Rusia invadió Ucrania.
Manténgase al día de las últimas perspectivas con actualizaciones mensuales por correo
Reciba nuestro boletín de Robeco y sea el primero en leer las últimas novedades y construir la cartera más ecológica.
El liderazgo no suele cambiar
Graham afirma que eso significa que la escalada value tiene visos de continuar, una opinión de la que recientemente se han hecho eco los inversores value de Robeco de EE.UU., Asia y Europa.
“Es muy raro que el liderazgo cambie en los mercados alcistas. Un peor comportamiento continuado de los líderes del mercado podría presagiar malos tiempos para el mercado bursátil”.
“Destacaríamos que la batuta del liderazgo value ha pasado a los sectores minero y de energía, al continuar la recuperación económica a toda máquina y tras el agravamiento de las restricciones de suministro por la invasión rusa de Ucrania”.
Sin ‘refugios seguros’
“Los inversores multiactivos utilizan activos considerados como ‘refugios seguros’ para amortiguar la volatilidad en el rendimiento de los fondos. Sin embargo, desde nuestro punto de vista en el episodio actual la deuda pública no ha servido para efectuar esta diversificación. Eso ha llevado a que el precio de los bonos y acciones evolucione en la misma dirección, o sea, a la baja”.
“El dólar estadounidense no ha captado flujos de inversores que buscan seguridad; de hecho, el euro se ha apreciado al prolongar el BCE su tono de dureza y mostrarse en sintonía con las subidas de la Fed. El dólar se apreció tras la escalada bélica en Ucrania, al poner en duda los inversores la aproximación entre bancos centrales”.
“El BCE y el Banco de Japón tienen menos posibilidades de subir los tipos, mientras que EE.UU. ha iniciado una política de endurecimiento con una subida de tipos y el anuncio de que habrá más en el futuro”.