11-12-2017 · Visión

Los materiales inteligentes, una inversión inteligente

Las megatendencias globales hacen que resulte cada vez más importante invertir de manera diferente si queremos aprovechar las oportunidades que ofrecen los materiales inteligentes, según explica nuestro especialista Pieter Busscher.

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  • Pieter Busscher CFA - Senior Portfolio Manager

    Pieter Busscher CFA

    Senior Portfolio Manager

Los materiales que progresivamente van sustituyendo a los recursos tradicionales, cada vez más escasos, son el futuro de la demanda de materias primas, según Busscher, gestor del fondo RobecoSAM Smart Materials.

Considera que las ingeniosas soluciones que se van desarrollando para productos tales como los vehículos eléctricos van a ejercer un efecto a gran escala sobre la demanda de materias primas tradicionales, como el acero bajo en carbono o el petróleo, y darán paso además a nuevos y enormes mercados de otros minerales, como es el caso del litio utilizado para fabricar sus baterías.

“El economista británico Dylan Grice afirmó que posicionarse a largo en materias primas es como adoptar una posición a corto en ingenio humano, y lo que nosotros intentamos es tomar una posición larga en ingenio humano, a través de los materiales inteligentes”, apuntaba Busscher en un Foro sobre Inversión Sostenible celebrado recientemente en Bruselas por Robeco, en colaboración con Allianz Global Investors.

“Si nos fijamos en los ciclos que siguen los recursos tradicionales, observamos un patrón reiterativo de auge y caída, con un limitado potencial de crecimiento, como sucede con el petróleo, que prevemos se resentirá debido a la transición masiva hacia la movilidad eléctrica. A través de los materiales inteligentes, obtenemos exposición a las soluciones a largo plazo para la escasez de recursos. Nos centramos en materiales que son competitivos y que pueden arrebatar cuota de mercado a las materias tradicionales.”

Cuatro ejes principales

Entonces, ¿cuál sería esta nueva generación de materiales inteligentes? Busscher se centra en cuatro ejes principales: Materiales Avanzados y Materiales Transformativos, junto con las mejoras en materia de eficiencia que resultan de las nuevas Tecnologías de Procesamiento y de la Automatización y la Robótica.

Hablamos de temas tales como los láseres de fibra, la inteligencia artificial o la impresión en 3D, así como de las aplicaciones informáticas necesarias para el funcionamiento de estas nuevas tecnologías y para la fabricación de sus nuevos productos. El mercado para los láseres de fibra, que sustituyen a los dispositivos de corte y soldadura en aplicaciones industriales, está previsto que prácticamente duplique su volumen, pasando de unos 3.500 millones de USD en 2012 a 6.500 en 2020. Son aproximadamente 20 veces más eficientes que los láseres convencionales, no precisan mantenimiento y posibilitan la producción de nuevos materiales, como el acero de alta resistencia empleado en automoción.

Los vehículos eléctricos suponen quizás el mayor cambio transformativo que va a vivir la producción industrial moderna, pues en 2020 representarán un 10% de los 80-90 millones de vehículos de nueva fabricación. China es el principal mercado mundial, tanto de oferta como de demanda –en parte debido a su necesidad de luchar contra su contaminación atmosférica crónica–, con más de 350.000 vehículos de este tipo vendidos en 2016, más del doble que en EE.UU. Y, aunque se habla mucho de las ‘marcas estrella’ de este segmento en occidente, como Tesla, sus niveles de producción se ven empequeñecidos por los de los fabricantes chinos, responsables del 43% de todos los vehículos eléctricos producidos en todo el planeta en 2017.

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El contenido de peso reducido que presentan estos vehículos está previsto que aumente del 29% al 67%.
Fuente: McKinsey, Robeco

Esto ha dado lugar a la aparición de todo un nuevo mercado para los minerales empleados en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos que, en el caso de un Chevy Bolt o un Opel Ampera E, contienen 53 kilos de litio y 24 de cobalto. Por otra parte, los vehículos eléctricos deben ser lo más ligeros posible para prolongar su autonomía. Consiguientemente, se prevé que los materiales de peso reducido que se utilizan en estos vehículos aumenten del 29% actual a un 67% en 2030, en el caso de un utilitario medio.

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Autopista hacia la electrificación

“La demanda de vehículos eléctricos no puede sino aumentar: en Europa, se han establecido unos ambiciosos objetivos de emisiones de CO2 para 2021, y China se ha marcado la meta de que el 10% de los coches que circulen por sus carreteras en 2019 sean eléctricos”, afirma Busscher. “Hay países como Reino Unido y Francia que van a prohibir los motores de gasolina; Noruega ha adoptado una postura todavía más agresiva, estableciendo como plazo para ello el 2025. Pronto podríamos tener que clasificar las ventas de vehículos tradicionales como operaciones con activos bloqueados.”

“Las ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos están disminuyendo, ya que sus costes de fabricación se han reducido, y actualmente prevemos que en 2020-2021 llegarán a ser competitivos con carácter general, ganando cuota de mercado progresivamente, a medida que su precio vaya bajando. Se trata de una transición comparable a la que se vivió a principios del siglo XX, cuando los automóviles reemplazaron a los vehículos de tracción animal.”

Zonas de minería de litio: algunas presentan aspectos ASG negativos

Zonas de minería de litio: algunas presentan aspectos ASG negativos

Fuente: Bloomberg

La demanda de litio en el sector del transporte está aumentando a un ritmo del 30% anual, lo que ha provocado que una industria como ésta, que tradicionalmente era de crecimiento lento, se esté viendo expuesta ahora a complicaciones de sostenibilidad. Este crecimiento de la oferta proviene de yacimientos latinoamericanos que permanecían sin explotar, y la mitad de todo el cobalto del mundo procede de la República Democrática del Congo. Esto suscita diversos problemas, tales como el daño medioambiental producido por las operaciones mineras y los residuos que éstas generan, a lo que se unen unas condiciones de trabajo deficientes y, en ocasiones, incluso peligrosas.

“El suministro procede ahora de nuevas zonas geográficas cuyas infraestructuras mineras se encuentran menos desarrolladas que las de países con mayor tradición en el sector, y que plantean aspectos preocupantes”, explica Busscher. “Gran parte del crecimiento de la producción se centra actualmente en el llamado 'triángulo del litio', formado por Bolivia, Argentina y Chile, donde estamos interactuando con las empresas mineras para asegurarnos de que se cumplan las normativas.”