04-12-2018 · Visión

El aumento de los pasivos ambientales afecta a las empresas mineras

Los costes ambientales están convirtiéndose en una carga cada día mayor para las empresas mineras, según un estudio.

Las reservas de que deben dotarse las empresas mineras para futuras limpiezas y demás costes de restablecimiento tras finalizar sus operaciones de explotación son ya muy elevadas. Si no se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en un riesgo de crédito para los bonos y obligaciones que emiten, según Jaap Smit, Analista de crédito de metales y minería de Robeco.

“Las empresas mineras están obligadas ya a constituir reservas para las llamadas operaciones de restablecimiento y desmantelamiento de sus activos”, afirma. “Estas reservas responden a su obligación de deshacer las perturbaciones ambientales causadas por el funcionamiento de las explotaciones mineras y rehabilitar el medio ambiente una vez el activo ha sido agotado y clausurado.”

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Antes y después: cómo se restablece una antigua mina.
Fuente: Goldcorp Marlin

“Todas las grandes empresas mineras siguen siendo responsables de una importante cantidad de explotaciones clausuradas, incluidas las balsas de retención y almacenamiento de los subproductos de las operaciones mineras, las antiguas instalaciones de tratamiento, etc. Por ejemplo, Rio Tinto posee 13 emplazamientos de minería ya clausurados, algunos de ellos con una antigüedad de varias décadas, así como otros 200 emplazamientos industriales heredados, y sólo 57 explotaciones activas. El saneamiento de una sola explotación a menudo cuesta cientos de millones de dólares, y a menudo precisa de servicios de seguimiento y mantenimiento anual, cuyo coste también es elevado.”

“A título ilustrativo, cerca del 20% de las reservas totales de BHP están asignadas a emplazamientos ya cerrados. Uno de los proyectos más costosos de Rio Tinto —la antigua mina de cobre de Holden, en el estado de Washington— costó a la empresa 500 millones de USD y tardó cinco años en rehabilitarse. Las normativas medioambientales están endureciéndose en todo el mundo, y pueden constituir un factor inflacionista para los costes.”

External influences

El problema real reside en calcular correctamente estas reservas y lidiar a la vez con factores externos tales como las variaciones de los tipos de cambio de divisas y tipos de interés y, lo que resulta aún más crucial, el riesgo de caída de los precios de las materias primas, que supondría una merma de la rentabilidad futura, según explica. Este último problema puede poner a prueba la estabilidad financiera de una empresa justo cuando más recursos adicionales necesita para las operaciones de restablecimiento.

“En términos absolutos, las reservas son cuantiosas, una partida importante en el balance de situación, y un lastre para el valor de empresa total”, apunta Smit. “Consideramos que existe el riesgo de que los costes efectivos del restablecimiento ambiental puedan elevarse a lo largo del tiempo y convertirse en un gasto contable en la cuenta de resultados. En cuanto a su impacto crediticio, calculamos que estos costes rondan el 0,5% de las ventas anuales, lo que significa que son manejables, aunque nada insignificantes para las empresas con calificación investment grade.”

“En el caso de las empresas con calificación crediticia high yield, las reservas ambientales suponen mayores ajustes para su apalancamiento. Se precisa información más detallada. Hay otros pasivos, como los afectos a planes de pensiones y arrendamientos, que llaman mucho más la atención, cuando este tipo de responsabilidad ambiental reviste índole realmente financiera.”

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