Inversión climática

Soluciones

La solución al cambio climático puede sintetizarse en una palabra: descarbonizar. Por eso, los inversores que se preocupan seriamente por el clima deben buscar soluciones de cero emisiones netas. Robeco propone estrategias de inversión centradas en el clima: desde fondos a medida con cero emisiones netas hasta estrategias más temáticas centradas en las energías renovables y la tecnología que las respalda. Somos pioneros en conseguir un mundo más sostenible.

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La Encuesta Global sobre el Clima de 2024 de Robeco reveló que la cifra de inversores a nivel mundial que han asumido un compromiso firme de cero emisiones netas se mantuvo constante en un 25%, elevándose al 37% de los inversores europeos. Los compromisos en Asia-Pacífico aumentaron hasta el 26% de los inversores, frente al 20% en 2023. Alrededor del 17% de los inversores globales declararon estar en proceso de evaluar un compromiso de cero emisiones netas, y otro 27% estaba investigando si funcionaría para sus carteras. Sin embargo, el interés en América del Norte ha disminuido debido a una reacción contra las inversiones en ASG en general.

Existe el deseo de marcar la diferencia y una gran cantidad de soluciones disponibles. En general, se divide en cuatro categorías principales:

  • Los fondos climáticos a medida se centran especialmente en la renta variable de empresas que pueden combatir el calentamiento global, desde las dedicadas a las energías renovables y la tecnología de reducción de emisiones hasta las dedicadas a temas afines como la biodiversidad.

  • Los fondos de descarbonización, vinculados a los índices de referencia del Acuerdo de París, pretenden reducir la huella de carbono de las inversiones actuales con altas emisiones en un 7% anual para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Se trata de empresas que en la actualidad forman parte del problema, pero que pueden cambiar para convertirse en una parte de la solución.

  • Las inversiones temáticas buscan soluciones más amplias y holísticas para crear un mundo más sostenible, como la sostenibilidad hídrica, la economía circular y la manera «inteligente» de concebir la energía, la movilidad y los materiales del futuro. A continuación, se explican en profundidad.

  • Los fondos que buscan empresas que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un tercio de los cuales están vinculados directamente a la lucha contra el cambio climático, como el ODS 12 (Producción y consumo responsables).

La transición sostenible

La transición sostenible representa el mayor cambio deliberado de la historia para las personas y nuestro planeta. La inversión en transición se centra en empresas que pueden hallarse al principio de esta andadura para mejorar el bienestar humano y combatir el cambio climático. Ello supone numerosas oportunidades de inversión. Usamos parámetros predictivos para identificar empresas con un potencial sostenible, y ofrecemos soluciones de inversión para aprovechar esas oportunidades.

Cómo podemos generar alfa

A fin de recorrer el panorama de las inversiones de transición y generar alfa, necesitamos comprender el rumbo e identificar a los ganadores y perdedores de este proceso dinámico. Existe un amplio universo a evaluar, ya que la inversión en transición se dirige a empresas que pueden estar al principio de su proceso de descarbonización.

Si bien actualmente la regulación está impulsando la transición, este proceso durará varias décadas. Cualquier empresa que en la actualidad se esté preparando para un futuro con bajas emisiones de carbono contará con una ventaja significativa sobre las que no lo hagan. Nuestro proceso de inversión tiene en cuenta las múltiples dimensiones de la transición para crear soluciones de inversión sólidas y resilientes que contemplen tanto la complejidad como la longevidad de esta transición, todo ello con la mirada puesta en el objetivo de generar alfa.

La transición trata del futuro y la capacidad de navegar en entornos cambiantes, ya sean normativos o de otro tipo. Para lograrlo se necesitan mercados públicos y privados. La elección de las inversiones apropiadas requiere que desarrollemos marcos claros que contemplen la dimensión dinámica y múltiple de la transición.

Lograr que se pueda invertir

El desafío de los inversores profesionales consiste en transformar los conceptos de transición en activos de cartera invertibles. Ello exige un análisis riguroso de quién cumple los requisitos y con qué fundamentos. Y, como siempre, para encontrar a los paladines de la transición es fundamental contar con la investigación y los datos adecuados.

La forma en que las empresas despliegan y usan sus gastos de capital para financiar un futuro más sostenible es clave. Robeco acumula décadas de experiencia comprendiendo precisamente eso y tomando las decisiones de inversión correctas. Resulta esencial adquirir tantos datos prospectivos como sea posible. Los datos sobre emisiones constituyen una buena forma de seguir el progreso, pero son retrospectivos. Nuestros equipos de inversión sostenible han elaborado marcos de investigación que pretenden predecir pautas futuras en vez de las pasadas. La determinación de los futuros movimientos es una nueva faceta para la mayoría de los gestores de activos, pero Robeco cuenta con décadas de experiencia en el desarrollo y perfeccionamiento de sus prácticas de inversión sostenible.

Una oportunidad global, con Asia marcando el ritmo

La transición sostenible supone una oportunidad para todo el mundo, pero la vanguardia de la lucha contra el cambio climático se sitúa principalmente en Asia. Asia es responsable de la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y alberga cerca del 60% de la población mundial. Aunque la transición de Asia es muy necesaria, los flujos hacia estas inversiones se han enfrentado a la escasez de normativa aplicable, habida cuenta de los diversos retos geográficos y económicos de la región.

Es por ello que nuestros equipos de mercados emergentes se centran específicamente en Asia, y desde una posición privilegiada en las oficinas de Robeco de Hong Kong, Shanghái y Singapur. Nuestros conocimientos locales pueden identificar soluciones, como el uso de bonos corporativos y bonos verdes para destinar el capital hacia el lugar adecuado. Eso no significa que el resto del mundo se duerma en los laureles. A nivel mundial, todas las empresas deben crear sus propios ecosistemas corporativos que les ayuden a encontrar su senda hacia un desarrollo resiliente al cambio climático.

Más información sobre la inversión en transición

La inversión climática no es solo la próxima gran oportunidad

Lucian Peppelenbos (Estratega climático) y Carola van Lamoen (Responsable de Inversión Sostenible) analizan el cambio climático y la inversión climática desde todos los ángulos. Escuche el trailer o el podcast completo de 25 minutos.

El planeta crece, pero los recursos disminuyen

Desde el campo de cultivo a la mesa, la agricultura inteligente utiliza tecnología para optimizar los recursos, mejorar los rendimientos, reducir los residuos, conservar la biodiversidad y aumentar la seguridad de los alimentos en toda la cadena de valor alimentaria. Las estrategias Sustainable Water y Circular Economy Equities invierten en empresas centradas en aplicar avances tecnológicos específicos para las agotados recursos hídricos, así como técnicas agrícolas inteligentes para la gestión del suelo y las cosechas.

Más personas, menos tierra, menos agua

La ONU calcula que para 2050 la población humana habrá crecido hasta 9.700 millones de personas. Eso significa más de 65 millones de bocas adicionales que alimentar cada año, con la consiguiente presión sobre los sectores agrícola y de alimentos para aumentar la producción y mantener el ritmo. Además, el crecimiento exponencial de ciudades y población conlleva que la tierra sea cada vez más escasa. El número de megaciudades – definidas como aquella con más de 10 millones de habitantes – aumenta en todo el mundo, sobre todo en los mercados en vías de desarrollo.

La tierra no es el único recurso esencial escaso. El auge de la población también conlleva el de su consumo de agua. La demanda mundial de agua ya supera al suministro, y dos mil millones de personas ya viven en zonas con grave escasez de agua.

Además, el uso de agua está dominado por el sector agrícola, ya que el agua empleada para producir alimentos es mucho mayor que la utilizada para el consumo personal. Valga como ejemplo que solo para producir una manzana son necesarios 70 litros de agua.

En todo el mundo, los hábitos alimentarios están cambiando, pasando de productos básicos como raíces, tubérculos y cereales, a proteínas animales como la carne y los productos lácteos que necesitan unos insumos de agua mucho mayores y otros recursos. Aunque algunos de estos cambios son saludables y deseables, también utilizan muchos recursos y son caros, tensionando más el suministro de agua. Por ejemplo, para producir un kilogramo de carne de ternera se necesitan 15.000 litros de agua.

Retos medioambientales

Para potenciar al máximo el rendimiento de las cosechas, la agricultura industrial ha recurrido a los abonos sintéticos, herbicidas y pesticidas para estimular y proteger el crecimiento de las plantas. Sin embargo, aunque a corto plazo sirve para aumentar los rendimientos, también tienen catastróficos efectos a largo plazo en los ecosistemas y terrenos circundantes. El exceso de productos químicos se filtra en los acuíferos naturales y se vierte en arroyos, ríos, lagos y estanques, acabando con las especies vegetales y fauna autóctonas.

Además, los cultivos y la agricultura son extremadamente vulnerables a los efectos perjudiciales del calentamiento global. En algunas regiones, los cultivos se pierden por culpa de las inundaciones y el exceso de precipitaciones, mientras que en otras se resienten de las olas de calor y las sequías. Los agricultores tienen que adaptarse a un ritmo acelerado para evitar daños a los cultivos y perder las cosechas. Al mismo tiempo, para alimentar el mundo sin dañar al planeta, los agricultores tienen que optimizar recursos y diseñar prácticas agrícolas inteligentes con el clima para lograr una agricultura productivo y resiliente.

Aumentar el suministro, proteger la calidad

Unos suministros de agua sólidos son esenciales para la productividad agrícola. Nuestra estrategia Sustainable Water invierte en empresas que brindan soluciones para maximizar los recursos hídricos en todo el ciclo de extracción y reutilización del agua. En zona de escasez de agua, las empresas de la cartera están desarrollando métodos para asegurarse agua del entorno circundante. Muchos países sin acceso al mar están invirtiendo en tecnologías para recoger y depurar el agua de lluvia. En el otro extremo, los países áridos con acceso al mar invierten en plantas desalinizadoras. La purificación de aguas residuales mediante membranas de microfiltrado y los rayos ultravioletas también son tecnologías efectivas para ayudar a las regiones con déficits crónicos de agua.

Además, para transportar agua a los campos y granjas son necesarias redes eficientes de bombas, tuberías, válvulas y sistemas de irrigación. Gracias a la digitalización, estas redes y sistemas están equipados con sensores que detectan rápidamente fugas y roturas, controlan los niveles de humedad del suelo y adaptan la dosis de agua a las necesidades del suelo. Asimismo, los avances en el tratamiento y análisis del agua sirven para identificar y extraer productos químicos, abonos y contaminantes de las aguas residuales y de escorrentía, de forma que pueda ser devuelta al medio ambiente con seguridad o reciclada en el sistema.

Por último, la importancia del agua va más allá de hidratar y nutrir las cosechas. Mejorar la retención de agua del suelo ayuda a restaurar la materia orgánica y reducir la erosión, lo que se traduce en unos cultivos más nutritivos y un ganado más saludable.

De la granja al plato

Garantizar suministros de agua seguros no es el único enfoque de la agricultura sostenible. Nuestra estrategia Circular Economy invierte en soluciones que aumentan la eficiencia en los sistemas agrícola y alimenticio, desde la granja al plato. La atención que la agricultura inteligente pone en la protección del suelo y la vegetación hace que sea un ámbito maduro para la aplicación de los principios de circularidad. La tecnología GPS ya se utiliza ampliamente para guiar tractores y cosechadoras, reduciendo los costes y emisiones de CO2 asociados con la utilización de la maquinaria agrícola.

Además, la IA y el aprendizaje automático pueden enseñar a los equipos agrícolas a detectar las malas hierbas en los cultivos y a aplicar automáticamente productos de protección de cosecha con una precisión y exactitud sin precedentes. Como resultado de ello, la cantidad de productos químicos necesarios se puede reducir en hasta un 90%, protegiendo significativamente la biodiversidad sin comprometer el rendimiento de los cultivos.

El crecimiento de la población, la escasez de recursos y el cambio climático ejercen presión sobre el sector agrícola, así como sobre el medio ambiente. Nuestras estrategias de inversión Sustainable Water y Circular Economy ayudan a abordar estos retos al facilitar soluciones que no solo son efectivas y eficientes para los cultivos y el ganado, sino que también benefician al conjunto de la vida en el planeta.

Inversión temática

Soluciones concretas para retos de sostenibilidad globales

Consideramos que abordar los retos de sostenibilidad globales es una propuesta de valor a largo plazo significativa. El cambio climático, la escasez de recursos, las amenazas a la biodiversidad o los estilos de vida poco saludables son ejemplos de obstáculos del mundo real que merman el crecimiento y desarrollos óptimos de la sociedad.

Soluciones concretas para retos de sostenibilidad globales

Electrificación limpia para conducir la economía mundial al cero neto

Lograr el cero neto en el siglo XXI y mitigar el desastre climático exigen que el sector cambie de marcha, sustituya combustibles y modifique el rumbo.

La expansión de las renovables supone un poderoso revulsivo que está permitiendo el desarrollo de tecnologías y soluciones limpias en toda la cadena de valor de la energía. La implantación masiva de la energía solar y eólica ayuda a descarbonizar la generación de electricidad, y las redes eléctricas inteligentes garantizan que la demanda siempre casa con el suministro. Las baterías conectada a las redes y el hidrógeno verde garantizan que el superávit de electricidad se almacena para su uso posterior. Además, la electrificación limpia de las actividades con mayor emisión de carbono, como la movilidad de los pasajeros, la logística del transporte y la calefacción de edificios, ya está en marcha y se está acelerando.

El aumento de la electrificación y la demanda de electricidad imponen que la energía generada tenga que ser consumida de forma eficiente. Las tecnologías de próxima generación sirven para reducir el consumo de energía de las aplicaciones con elevado consumo y los dispositivos de usuario final de los sectores de edificación, industria, transporte y TI. Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility invierten en toda la cadena de valor de la energía y el transporte limpios, ofreciendo a los inversores exposición diversificada a las megatendencias de la descarbonización y la movilidad sostenible.

La energía responde a la emergencia

La población y la economía precisan de energía. Desgraciadamente, el suministro de energía primaria sigue dominados por los hidrocarburos y las emisiones globales de carbono siguen al alza. La emergencia el cambio climático ha impulsado las iniciativas para teñir de “verde” la economía mundial, desencadenando una innovación disruptiva que altera rápidamente el panorama energético.

Los gobiernos de todo el mundo han anunciado nuevas iniciativas de amplio alcance para descarbonizar la totalidad de sus economías. Entre las mismas destacan los compromisos de EE.UU. y China, que finalmente han asumido la aspiración internacional de abordar el cambio climático.

El lugar más prominente de la carrera por la descarbonización lo ocupa la electricidad libre de carbono que proporcionan las renovables. Las proyecciones internas muestran que, para 2050, es probable que la generación de energía solar haya aumentado por un factor de 20, mientras que la generación eólica de fuentes terrestres y marítimas aumentará 10 veces. Eso hará posible que el porcentaje de electricidad como parte del consumo mundial de energía crezca desde el 20% actual a un 50% en 2050. Al mismo tiempo, casi se triplicará la cuota de las renovables en el mix eléctrico.

Electrificación del transporte

La electrificación del sector del transporte ha adquirido una dinámica considerable en los últimos años y seguirá siendo importante en las inversiones relacionadas con la energía. Las ventas de vehículos eléctricos (VE) han tenido un acusado crecimiento en mercados clave como Europa o China, y deberían de mantenerse elevadas. Las estimaciones internas muestran también que las ventas mundiales de VE en 2021 casi duplican a las de 2020, que ya fue un año extraordinario, marcado por un crecimiento interanual del 130% en Europa y un importante rebote en China a finales de año.

Las inversiones en transporte de las estrategias no se limitan a los productores de VE; también cubren toda la gama de empresas auxiliares del ecosistema de VE que suministran componentes esenciales, como semiconductores de potencia, baterías de almacenamiento, sensores y accionadores, así como la infraestructura de carga de los VE.

Electrificación del entorno construido

El transporte no es el único sector con emisiones altas que la electrificación está transformando; el entorno construido también está en transición. Según la Agencia Internacional de la Energía, las edificaciones y la construcción de edificios suponen en conjunto más de una tercera parte del consumo mundial de energía, y casi el 40% de las emisiones directas e indirectas de carbono.

En respuesta a unas normas más estrictas y a la perspectiva de rebajar los costes energéticos, la edificación comercial recurre en muchos casos a la electrificación verde con fines de suministro energía y regulación, desde las bombas de calor y la refrigeración, hasta la iluminación de bajo consumo y los sistemas de gestión de edificios.

Hidrógeno verde: el eslabón perdido

Otros componentes esenciales de la ecuación energética también siguen la tendencia hacia la electrificación. La energía eólica y solar son limpias, pero dependen de la climatología y son intermitentes. Deben crearse soluciones baratas para almacenar temporalmente los superávits de energía generados. En el transporte de pasajeros, las baterías de ión-litio de los VE proporcionan una solución económica para almacenamiento energético, con nuevas mejoras en perspectiva.

Las industrias de mayor tamaño consumen más energía y son más difíciles de electrificar, aunque están surgiendo algunas soluciones limpias. El hidrógeno verde se crea dividiendo el alguna en combustible de hidrógeno y oxígeno, al emplear para ello electricidad libre de carbono de origen renovable. Conforme se expanda y sea más económico, este hidrógeno supondrá un elemento esencial para descarbonizar industrias con altas emisiones de carbono, como el transporte a larga distancia (camiones, trenes, barcos y aeronaves) y los sectores industriales (semiconductores, abonos y producción de acero).

Dar energía a la cartera de inversión

La descarbonización de la energía va mucho más allá de la producción de paneles solares y turbinas eólicas. Llegar este siglo a las cero emisiones netas requerirá transformar toda la cadena de valor de la energía.

Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility proporcionan a los inversores exposición diversificada a estas tendencias de inversión a largo plazo que están

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Bonos verdes

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Un bono verde es un bono específicamente pensado para captar dinero para proyectos climáticos y medioambientales. La estrategia ha cosechado un gran éxito, con emisiones de más de 1 billón de USD entre 2015-2022. Sin embargo, la expresión ‘bono verde’ no está legalmente protegida. Es por eso que Robeco sigue su propia política para seleccionar bonos realmente verdes para esta estrategia.

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