Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son 17 objetivos destinados a mejorar la sociedad, la sostenibilidad ecológica y la calidad de vida que la ONU puso en marcha en 2015. Abarcan una amplia variedad de aspectos relacionados con la sostenibilidad, que van desde la eliminación del hambre y la lucha contra el cambio climático, hasta el fomento del consumo responsable y la mejora de la sostenibilidad en las ciudades.

Los 193 estados miembros de la ONU – independientemente de su riqueza – se han comprometido a trabajar por la consecución de los 17 ODS para 2030, estableciéndose así un plazo de 15 años para ello. Los objetivos forman parte de «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible» y la propia ONU los considera «el plan maestro para conseguir un futuro mejor y más sostenible para todos».

Los ODS reemplazan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), 8 objetivos adoptados en el año 2000. Entre ellos se incluía el compromiso de erradicar el hambre y la pobreza extrema, lograr la educación primaria universal y combatir el VIH/SIDA. Los ODS, desarrollados a partir de 2012 a través de un proceso de consulta global en el que aportaron sus ideas más de un millón de personas, tienen un alcance mucho más amplio y se aplican a todos los países, no solo a los que se consideran “en vías de desarrollo”.

Figura 1: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

Fuente: Naciones Unidas.

Los 17 objetivos incluyen 169 metas y 232 indicadores aprobados, que se utilizan para realizar un seguimiento del avance hacia su consecución. Por ejemplo, las metas del ODS 3 (Salud y bienestar) tienen por objeto poner fin a la mortalidad prematura, detener la propagación de enfermedades transmisibles como la malaria y el VIH/SIDA, y lograr la cobertura sanitaria universal asequible. Los indicadores miden factores como la tasa de mortalidad infantil de cada país, el número de nuevos contagios de malaria o VIH, y la cantidad de personas con cobertura sanitaria.

En términos de inversión tangible, las empresas de salud pueden contribuir al ODS 3 desarrollando medicamentos que combatan ciertas enfermedades o mejorando el acceso de las personas a medicamentos asequibles. Por el contrario, algunas empresas pueden contribuir negativamente a los ODS fabricando productos nocivos como tabaco o armas de fuego.

Además de beneficiar a los más desfavorecidos, también es una gran oportunidad de negocio y un medio de creación de empleo. Según ciertas estimaciones, podríamos estar hablando de oportunidades de mercado por valor de nada menos que 12 billones de USD al año y de la creación de hasta 380 millones de puestos de trabajo, sobre todo en proyectos relacionados con la lucha contra el cambio climático.^1,2

Como todos los Estados miembros de la ONU deben seguir sus avances en materia de ODS, la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSTATS) es la principal responsable de recopilar los parámetros de ODS de cada país. Se puede obtener más información sobre ellos en la sección «SDG Indicators» (Indicadores ODS) de la base de datos global de ODS de la ONU.³

Existen otras iniciativas que también ayudan a monitorear los progresos. La publicación digital SDG Tracker, que se puso en marcha en junio de 2018, cuenta con el respaldo de Our World in Data, un proyecto conjunto de la Universidad de Oxford y la organización no gubernamental Global Change Data Lab.⁴ Dicha publicación recopila datos sobre todos los indicadores relevantes para los ODS.

Otro proyecto destacable es el informe Global SDG Index and Dashboards Report. Este índice no se limita a registrar las evoluciones con respecto a los 17 objetivos, sino que también realiza una clasificación de los países de acuerdo con sus logros, lo que facilita las comparaciones. En esta publicación colaboran Bertelsmann Stiftung, una fundación dirigida por el grupo de comunicación alemán Bertelsmann, y la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.⁵

Figura 2: Informe global SDG Index & Dashboards

Aquí puedes ver cómo está desempeñándose tu región en cualquiera de los 17 objetivos haciendo clic en el gráfico interactivo a través del enlace a continuación.

Fuente: https://datahub.sdgtransformationcenter.org/reports/sustainable-development-report

La enorme escala y diversidad de los indicadores hace que el seguimiento de los progresos sea una tarea complicada. Algunos profesionales de la estadística tienen dificultades para obtener datos, ya que muchos indicadores no se recogen regularmente. En otros casos, resulta complejo crear metodologías para los indicadores menos habituales. Incluso los países más ricos han mostrado importantes deficiencias en su capacidad para vigilar los progresos. ⁶

Las empresas también tienen sus dificultades a la hora de cuantificar sus contribuciones a los ODS. El proceso de inversión de las gestoras de activos, como Robeco, ofrece estrategias orientadas a estos objetivos. En el trataremos este asunto con más detalle. Sin embargo, hay que hacer mucho más para alcanzar los ODS, sobre todo en un aspecto esencial, el de la financiación.

Las estimaciones difieren mucho entre sí en lo que respecta a la cantidad de fondos que se necesitan para cumplir los 17 objetivos para 2030. El informe UN Trade and Development’s World Investment de 2023 sugiere que el déficit de financiación es de unos 4 billones de USD al año, frente a los 2,5 billones de 2015, el año en el que se adoptaron los ODS. Según el informe, la inversión extranjera directa mundial disminuyó un 12% en 2022 y los mercados emergentes necesitan inversiones en energías renovables por valor de 1,7 billones de USD al año, pero solo atrajeron 544.000 millones de USD.⁷

El déficit de financiación es especialmente grande en los países más pobres. Según la ONU, mientras que las economías de mercados emergentes más grandes o avanzadas, como Guatemala e Indonesia, tienen que gastar un 4% adicional de su PIB cada año para alcanzar los ODS en 2030, esta cifra se eleva hasta el 15,4% en el caso de los países en desarrollo con rentas bajas, como Vietnam, Ruanda y Benín.⁸

Estas cifras contrastan claramente con las necesidades de gasto adicional de los Estados más ricos. Los países con rentas altas deben invertir más en algunas áreas vinculadas a los ODS, como la electricidad renovable, las carreteras, el agua y el saneamiento, pero se estima que las inversiones anuales adicionales son inferiores al 1% de su PIB.

Dado que el sector público no puede financiar los ODS por sí solo, es necesario implicar al sector privado; por ejemplo, a instituciones financieras como los bancos, las gestoras de activos, las aseguradoras y los fondos de pensiones. Como veremos en capítulos posteriores, esto ha dado lugar a la aparición de muchas iniciativas de inversión, como las estrategias a medida centradas en los ODS, junto con productos centrados en temáticas o incluso en objetivos concretos.

Los ODS han despertado la imaginación del mundo. Han iniciado un movimiento que comenzó con el optimismo que este nuevo milenio suscitó al pensar en el futuro. Como veremos en este módulo formativo, existen multitud de oportunidades para invertir en uno o varios de estos objetivos.

Y todos tenemos un papel que desempeñar, como sugiere el vídeo We the People, en el que aparecen algunas caras muy conocidas. No solo deben implicarse los gobiernos, las empresas, los inversores o los grupos de interés, ¡es cosa de todos!

Una vez que haya llegado a este punto, habrá aprendido cómo se originaron los 17 ODS como sucesores de los ODM, los métodos que utilizamos para registrar sus progresos (y limitaciones) y la financiación que sigue haciendo falta para alcanzarlos tras el lastre que supuso la pandemia del COVID.

Notas al pie

¹ https://www.un.org/sustainabledevelopment/sg-finance-strategy/
² Business & Sustainable Development Commission, 2017. “Valuing the SDG prize”. London.
³ https://unstats.un.org/sdgs/indicators/database/
⁴ https://sdg-tracker.org/; https://ourworldindata.org/about
⁵ https://www.sdgindex.org/
⁶ https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/1758-5899.12595
⁷ https://unctad.org/publication/world-investment-report-2023
⁸ Integrating the Sustainable Development Goals in Government Bond Investment Strategies by Jan Anton van Zanten, Laurens Swinkels, Rikkert Scholten, Max Schieler :: SSRN

Lo que más llama la atención de los ODS, a diferencia de la mayoría de las iniciativas de Naciones Unidas, es que los 17 objetivos no solo están dirigidos a los gobiernos o a las ONGs, sino al conjunto de la sociedad. Suponen a la vez un reto y una oportunidad y están, dirigidos a empresas e inversores, que se consideran esenciales para alcanzar los objetivos. Es un plan global que se aplica a todos los países, tanto ricos como pobres.

Por consiguiente, la contribución a los ODS representa una oportunidad de negocio para las empresas, aunque existen diversas preferencias sobre en qué objetivos invertir y algunos de ellos son más idóneos que otros. En una encuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se determinó que los tres objetivos más populares en Uganda eran el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), el ODS 13 (Acción por el clima) y el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles).⁹

Figura 3: Los Objetivos de Desarrollo Sostenible más populares en Uganda

Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

El motivo principal es que los tres están relacionados con las infraestructuras y, por ello, proporcionan un medio físico para aportar valor de forma cuantificable, además de obtener rentabilidad. La construcción de infraestructuras de energías renovables es una fuente segura de ingresos por la venta de la electricidad y la instalación de antenas de telefonía móvil en zonas antes desprovistas de ellas.

El ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas) no se consideraba un objetivo muy idóneo en el que invertir, pues ofrece intereses casi nulos, pero depende de cómo se enfoque. El elemento de justicia de este objetivo se puede relacionar al sector de la ciberseguridad, cuyo valor asciende a más de 10.000 millones de USD al año y ofrece muchas oportunidades de inversión. La instalación de antenas de telefonía mejora el acceso a la información, que es una meta del ODS 16.

Por otra parte, la regulación está cambiando rápidamente, y el público demanda cada vez más un enfoque más sostenible de parte de las empresas. Las empresas e inversores que incorporen los ODS en sus estrategias tendrán, por consiguiente, más posibilidades de alinearse con las políticas y regulaciones gubernamentales presentes y futuras. Esto les permitirá eludir el riesgo de perder su licencia para operar o de asumir cuantiosos gastos por un cambio estructural que se les obliga a realizar.

Las empresas tampoco pueden ignorar abiertamente la necesidad de lograr el objetivo del Acuerdo de París de alcanzar las cero emisiones netas de carbono, que se refleja en el ODS 13 (Acción por el clima) y al que también aluden el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y el ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura).

La entrada en vigor de reglamentos sobre finanzas sostenibles, como el Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles de la UE, la Taxonomía de la UE, el Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles y el Pacto Verde Europeo, son una consecuencia directa de que los países hayan adoptado los ODS. Estas normativas han contribuido a definir el desarrollo sostenible desde el punto de vista de la inversión. Con el tiempo, las empresas que no cumplan las políticas de sostenibilidad podrían perder las licencias que rigen la actividad legal, comercial y social.

Aunque es cierto que esta modalidad de inversión ha despertado la imaginación de los inversores que quieren adentrarse en la inversión ODS, las encuestas revelan que aún no se ha convertido en una opción amplia. Solo un puñado de los principales inversores profesionales del mundo, como los fondos de pensiones, asignan actualmente grandes sumas de capital a los ODS, pues se consideran un “nicho”.

Por ejemplo, la Asociación Neerlandesa de Inversores por el Desarrollo Sostenible, que representa alrededor del 95% del mercado neerlandés de planes de pensiones y cuenta con unos 1.360 millones de EUR en activos, realizó una encuesta sobre esto. El resultado fue que tan solo el 19% de sus miembros tenían marcadas metas concretas para asignar recursos de inversión a los objetivos.¹⁰

Al igual que sucedía con la encuesta de la ONU, el sondeo neerlandés reveló que ciertos ODS resultaban más atractivos que otros para la inversión. Se consideraba que el ODS 13 (Acción por el clima) era el que ofrecía la mayor oportunidad de inversión, especialmente porque presenta metas cuantificables, como la reducción de las emisiones de CO₂.

Figura 4: Foco de los fondos de pensiones en las oportunidades de inversión y las responsabilidades empresariales relacionadas con los ODS.

Fuente: VBDO, fondos de pensiones y Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La Encuesta Global sobre el Clima 2022 de Robeco reveló que el interés de los inversores por los ODS había crecido significativamente. Alrededor del 18% de los inversores afirmaron que la alineación o la evaluación comparativa de sus carteras respecto a los ODS se había convertido en una de las máximas prioridades, mientras que el 22% indicó que también eran prioritarias, pero en menor medida. Otro 40% señaló que se planteaba hacer lo mismo en los próximos dos a tres años. Esto demuestra que la inversión en ODS va en aumento y ha ganado adeptos entre los propietarios de activos.

El interés también sigue dependiendo del tipo de objetivo que se persiga. Para la encuesta, los ODS se clasificaron en cinco categorías: cambio climático, gobernanza, necesidades básicas, empoderamiento y capital natural. La encuesta reveló que el 63% de los inversores se centraban en la inversión en cambio climático en ese momento (en 2022), mientras que el 55% lo convertiría en una prioridad en los dos años siguientes. Las inversiones se orientaban a estrategias que contribuyeran al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y al ODS 13 (Acción por el clima).

El compromiso de respaldar la gobernanza a través del ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas) y el ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos) fue sorprendentemente alto: el 50% de los inversores afirmaron que ya lo contemplaban y el 46% se comprometió a hacerlo en los dos años siguientes.

El mayor cambio se observó en el ámbito del capital natural (sobre todo, en la categoría de biodiversidad), pues la proporción de inversores que planeaban invertir en él en los dos años siguientes aumentó hasta el 53 %, frente a solo el 24 % en la encuesta. Estos se centran en el ODS 12 (Producción y consumo responsables), el ODS 14 (Vida submarina) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres). La experiencia demuestra que es más difícil encontrar empresas cotizadas en las que invertir para contribuir a dichos objetivos.

Figura 5: Clasificación de los ODS

Fuente: Encuesta Global sobre el Clima 2022 de Robeco.

Al llegar a este punto, sabrá por qué los ODS representan una gran oportunidad de negocio para las empresas, cuáles son los objetivos más y menos compatibles con el capital de desarrollo, y cómo evoluciona el apetito de los inversores por invertir en el sector, especialmente en los relacionados con el clima o la naturaleza.

Notas al pie

⁹ https://www.undp.org/content/undp/en/home/blog/2019/boosting-private-investment-in-the-sdgs.html
¹⁰ https://www.vbdo.nl/en/2018/11/vbdo-acceptation-sdgs-is-slow/

Los inversores sostenibles llevan mucho tiempo utilizando la integración de factores ambientales, sociales y de gobernanza para elegir empresas con mejores resultados en cuestiones empresariales estándar, como el cambio climático (A), las relaciones laborales (S) o su implicación en cuestiones polémicas (G). La inversión armonizada con el impacto va un paso más allá al tratar de marcar una diferencia cuantificable sobre el terreno.

Aunque puedan parecer similares, persiguen objetivos distintos y generan resultados tan diferentes que pueden llegar a ser contradictorios. Muchos inversores combinan la integración ASG con los beneficios de sostenibilidad positivos que derivan de la inversión de impacto, incluida la contribución al logro de los ODS. Sin embargo, no deben confundirse: las calificaciones ASG no suelen medir el impacto de las empresas en la sostenibilidad.

Más bien, sirven para determinar si la rentabilidad de una empresa está en peligro debido a factores de sostenibilidad. Por tanto, son muchos los ejemplos de empresas con calificaciones ASG altas que tienen un impacto social y ambiental negativo. Así, algunas empresas tienen una calificación ASG alta, pero una puntuación ODS baja.

Por ejemplo, un gran número de tabacaleras y fabricantes de armas tienen calificaciones ASG altas, ya que suelen obtener buenas puntuaciones en términos de emisiones, relaciones laborales y gobernanza. Esto indica que su rentabilidad no está en peligro debido a factores ASG, pero sus productos son perjudiciales para la sociedad y no cumplirían los criterios de inversión ODS. De hecho, suelen formar parte de listas de exclusión.

Figura 6: Puntuaciones de las empresas en las listas de exclusión, utilizando diferentes medidas de sostenibilidad

Fuente: Robeco, MSCI, Sustainalytics.

En 2022, un proyecto de investigación de Robeco¹¹ confirmó que las calificaciones ASG positivas no siempre garantizan puntuaciones ODS positivas. El Marco ODS de Robeco asignó puntuaciones negativas a la inmensa mayoría de los «sospechosos habituales» de contaminación ambiental, mientras que sus calificaciones ASG se situaban en la media o incluso eran bastante altas.

Después, se realizó una comparación entre las empresas de algunos de los fondos de temática sostenible más distintivos del mundo de los segmentos de energía limpia, sostenibilidad del agua y asistencia sanitaria. Una vez más, la investigación reveló que la mayoría de las empresas tenían puntuaciones muy positivas respecto al Marco ODS de Robeco, mientras que sus calificaciones ASG se situaban en la media o llegaban a ser deficientes.

Otra prueba estudió la alineación de una empresa con la Taxonomía de la UE, que estipula qué tipos de comportamiento corporativo infringen el principio de «no causar un perjuicio significativo» (do-no-significant-harm, DNSH). Por ejemplo, las empresas que provocan daños ambientales significativos a través de la contaminación no superarían la prueba.

No es de extrañar que las empresas con una puntuación negativa respecto al principio DNSH también obtuvieran una puntuación ODS baja. Asimismo, las empresas que obtenían más de dos tercios de sus ingresos de actividades alineadas con la Taxonomía de la UE recibieron, por lo general, puntuaciones ODS muy positivas. En cambio, las calificaciones ASG de ambos tipos de empresas no tendieron a diferir tanto respecto al índice de referencia. Por tanto, la puntuación ODS está en consonancia con este reglamento específico de inversión sostenible, lo cual no ocurre con las calificaciones ASG.

Una vez que haya llegado a este punto, habrá aprendido por qué las calificaciones ASG sirven para evaluar los riesgos, mientras que la inversión ODS persiguen generar un impacto, así que no son lo mismo, puesto que las empresas pueden obtener una puntuación positiva en ASG, pero negativa en ODS, o viceversa. Además, sabrá que, como demuestran la Taxonomía de la UE y su principio de «no causar un perjuicio significativo» (DNSH), con frecuencia no hay correlación entre ambas puntuaciones.

Nota al pie

¹¹ ESG to SDG: Do Sustainable Investing Ratings Align with the Sustainability Preferences of Investors, Regulators, and Scientists? by Jan Anton van Zanten, Joop Huij :: SSRN

Las compañías pueden contribuir a la consecución de los ODS mediante la fabricación de productos o la provisión de servicios que ayuden a alcanzar uno o varios de los 17 objetivos. Además, las empresas pueden favorecer los ODS integrándolos en sus políticas. Por su naturaleza, algunas empresas estarán más en sintonía que otras con la realización de estas contribuciones.

Por ejemplo, una empresa que produce energía solar contribuye claramente al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante). Una editorial que crea material educativo para colegios contribuye directamente al ODS 4 (Educación de calidad), mientras que una empresa con iniciativas para ascender a mujeres a puestos directivos promueve el ODS 5 (Igualdad de género).

Sin embargo, algunas empresas ejercen una incidencia negativa en lo que respecta a la consecución de los ODS. Esto puede resultar bastante evidente en algunos casos, cuando se fabrican productos nocivos, como cigarrillos. Pero otras empresas pueden realizar a la vez contribuciones positivas y negativas. ¿Cómo calificamos, por ejemplo, a una empresa de suministro de energía que utiliza tanto fuentes eólicas como carbón térmico?

Surgen desafíos aún más complejos con la creación de productos o servicios que promueven los ODS pero al mismo tiempo generan externalidades negativas. Por ejemplo, la extracción de metales que son cruciales para la fabricación de automóviles eléctricos o turbinas eólicas también tiene un impacto negativo en los ecosistemas, emite gases de efecto invernadero y puede ser problemática en cuanto a las condiciones de la mano de obra local.

En 2017, dos años después de que tanto los ODS como el Acuerdo de París se incorporasen a nuestro vocabulario, Robeco se convirtió en la primera gestora de activos del mundo en elaborar un mecanismo para medir las contribuciones de las empresas a los objetivos. El Marco ODS se desarrolló para proporcionar una base de investigación que después se convirtió en una gama específica de productos de inversión de crédito y renta variable en ODS.

Aunque el Marco ODS utiliza parámetros de sostenibilidad estándar para calcular las contribuciones a los factores ambientales, sociales y de gobernanza, su aplicación a los ODS requiere un enfoque diferente. Consta de tres pasos que se siguen para evaluar las contribuciones y asignar una puntuación.

Figura 7: El enfoque de tres pasos adoptado por Robeco

Fuente: Robeco.

• Paso 1: ¿Qué produce la empresa? Los analistas observan lo que produce la empresa para determinar si contribuye positiva o negativamente a los ODS correspondientes, utilizando umbrales e indicadores clave de rendimiento específicos.
  
  

• Paso 2: ¿Cómo produce la empresa? Aquí, los analistas examinan cómo se producen estos bienes y servicios y si las empresas promueven los ODS en sus operaciones, o si existe alguna cara oculta en sus intenciones aparentemente buenas, como prácticas de gobierno corporativo deficientes.
  
  

• Paso 3: ¿Ha fallado la empresa? Se realizan comprobaciones para detectar si la empresa ha estado envuelta en alguna controversia. Hablamos, por ejemplo, de incidentes de contaminación o venta indebida de servicios.
  

Seguidamente, se asignan puntuaciones para evaluar el impacto general de cada empresa. Estas oscilan entre -3 (muy negativa) y +3 (muy positiva), pasando por 0 (neutra). Una vez conocida la puntuación global, puede utilizarse en carteras especializadas en ODS para invertir en aquellas empresas que promuevan los objetivos, y en estudios más amplios como componente de las demás estrategias de renta variable y renta fija.

En la siguiente animación se describe este proceso de tres pasos. Vea este breve vídeo para conocer cómo funciona:

A través de la iniciativa Sustainable Investing Open Access, Robeco pone todas las puntuaciones del Marco ODS a libre disposición. SI Open Access, lanzada en 2022, puso inicialmente los datos que sustentan el marco a disposición de clientes y académicos.

El Marco de Sostenibilidad por Países, que se incorporó a SI Open Access en 2023, evalúa las características ASG de 150 países y se aplica principalmente a la inversión en deuda pública.

Puede consultar la puntuación en ODS de más de 10.000 empresas introduciendo sus nombres en esta página:
¿Qué puntuación de sostenibilidad tienen las empresas y los países?

Los fondos de pensiones neerlandeses APG y PGGM, que en conjunto gestionan 750.000 millones de EUR en activos para 8,7 millones de personas, desarrollaron un marco similar. Su plataforma Sustainable Development Investments (SDI) Asset Owner Platform permite a los clientes institucionales conocer en qué medida las inversiones de sus carteras contribuyen a la materialización de los ODS. ¹²

La información la suministra Entis, un equipo de análisis de datos que emplea inteligencia artificial para realizar un procesamiento estadístico avanzado. El análisis se basa en una taxonomía que desgrana cada ODS y, lo que es más importante, identifica cuáles de las metas resultan más idóneas para la inversión. El universo de inversión que puede analizarse abarca ya unas 10.000 empresas cotizadas.¹³

El equipo cuantifica las contribuciones a las metas utilizando parámetros financieros u operativos, tales como la proporción de los ingresos que proceden de una determinada actividad que resulta favorable para los ODS. Los parámetros externos comprenden datos como el número de personas que tienen acceso a atención médica o servicios financieros como resultado de las actividades de una empresa. En el ejemplo siguiente se ilustran las perspectivas de esta plataforma en cuanto a la idoneidad de inversión en el ODS 14 (Vida submarina).

Figura 8: Tipos de actividades comerciales a las que pueden orientarse las inversiones para alcanzar el ODS 14

Fuente: SDI Asset Owner Platform.

Cuando llegue a este punto, conocerá la necesidad de calcular las contribuciones positivas y negativas que las empresas pueden hacer para materializar uno o varios objetivos. Este cálculo se puede realizar mediante el Marco ODS de Robeco o SDI Asset Owner Platform. Las contribuciones pueden medirse asignando puntuaciones a la empresa o, de forma más holística, a través de metas como las relativas a la contaminación.

Notas al pie

¹² Global SDI Asset Owner Platform is leading the way on sustainable investing’ | APG
¹³ https://entis.ai/

Aunque todos los países son responsables de la consecución de los ODS, surge una pregunta: ¿qué hacen a nivel interno para acercarse a los objetivos? Prácticamente todos los países deben invertir más dinero en las diferentes áreas de los ODS, como la asistencia sanitaria, la educación, las energías renovables y la naturaleza, pues hay una gran carencia.

La escasez de financiación actual para alcanzar los objetivos en 2030 asciende a 2,6 billones de USD al año, es decir, el 2,7% de la producción mundial. Esta escasez es mucho mayor en los países emergentes, que suelen carecer de un buen acceso a los mercados de capitales en comparación con los países desarrollados.

La deuda soberana es un canal a través del cual los países pueden financiar mejor los ODS. Los inversores internacionales adquieren bonos soberanos atraídos por la rentabilidad que ofrecen. Estos bonos reciben calificaciones crediticias basadas en la estabilidad financiera del emisor y que van desde AAA (gran solidez) hasta CCC (probabilidad de impago). Posteriormente, reciben la calificación investment grade (hasta BBB- en la escala de Standard & Poor's) o una inferior.

Figura 9: Escala de calificación crediticia

Fuente: Researchgate. ¹⁴

Elegir bonos de deuda pública que sean favorables a los ODS no es tarea fácil. Aunque existen muchas «calificaciones ASG soberanas», al igual que ocurre con las calificaciones ASG corporativas, no están diseñadas para indicar a qué países dar prioridad para promover la consecución de los objetivos. En su lugar, indican la probabilidad de que las cuestiones ASG influyan en la capacidad de un Gobierno para liquidar su deuda.

El Banco Mundial también ha llegado a la conclusión de que estas calificaciones ASG soberanas tienen un «sesgo de ingresos arraigado», motivo por el que no son adecuadas para evaluar el compromiso con los ODS. Aunque los países más ricos suelen tener mejores calificaciones ASG, no son necesariamente los mejores en los que invertir para avanzar en desarrollo sostenible. Por tanto, tenemos que cambiar el punto de vista desde el que valorar la sostenibilidad soberana.

Tras elaborar el Marco ODS para empresas, Robeco desarrolló posteriormente otro marco equivalente para países. Los que cumplían los criterios se incluyeron en dos carteras hipotéticas de deuda pública alineada con los ODS para ver cómo funcionarían en un fondo real.

Al igual que con el marco corporativo, el marco para países asigna puntuaciones ODS que oscilan entre -3 (muy negativa) y +3 (muy positiva), pasando por 0 (neutra), a los 170 países que abarca. Sin embargo, como en este caso se evalúan cuestiones relativas a políticas públicas de países, el proceso en tres fases utiliza criterios diferentes.

En el primer paso, evaluamos las políticas del país relacionadas con los ODS utilizando 100 indicadores asociados a metas de ODS. Por ejemplo, para el ODS 3 (Salud y bienestar) podemos utilizar indicadores como las tasas de mortalidad materna y la relación entre el gasto sanitario y el PIB. Para el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), se pueden evaluar los derechos de la mano de obra infantil.

El segundo paso evalúa si los países necesitan capital adicional para lograr los ODS. Tenemos en cuenta la clasificación de los ingresos y los niveles de corrupción, de modo que los países con rentas más bajas y niveles de corrupción moderados o bajos reciben una puntuación de +1, lo que indica la necesidad de más capital.

En el tercer paso, buscamos comportamientos que contradigan los ODS. Factores como la mala gobernanza, la autocracia, las sanciones, las violaciones de los derechos políticos y la gran inestabilidad política influyen negativamente en la puntuación, que oscilaría entre -1 y -3.

De los 170 países analizados, el 20% recibió una puntuación positiva, el 25% una puntuación neutra y el 55% una puntuación negativa. Solo unos pocos países recibieron la máxima puntuación, +3. Las puntuaciones más bajas se asignaron a los países con un rápido deterioro de los avances en materia de ODS o a aquellos implicados en guerras y conflictos.

El estudio no reveló ninguna relación discernible entre el nivel de renta de un país y su puntuación ODS: algunos países relativamente pobres, como Ghana o Indonesia, están avanzando a buen ritmo en materia de ODS y, por lo tanto, se percibe que tienen políticas que favorecen la consecución de los objetivos.

Al mismo tiempo, algunos países más ricos, como la República de Irlanda, cuentan con políticas que dificultan la consecución de los ODS. La distribución general se muestra en el gráfico siguiente, aunque puede cambiar a medida que se actualicen las puntuaciones a lo largo de los años.

Figura 10: Distribución mundial de las puntuaciones ODS de Robeco

Fuente: Robeco, 2024. Los países en gris carecen de puntuación por falta de datos.

Los resultados del estudio se utilizaron para crear dos carteras hipotéticas de deuda pública alineada con los ODS en las que se dio prioridad a los países con puntuaciones más altas. También se incluyeron países con una puntuación ODS neutra o bajo riesgo de impago, y se evitaron aquellos con puntuaciones ODS negativas. El planteamiento se ilustró utilizando dos índices de referencia comunes: BB Global Index y JPM EMBI Diversified Index.

En BB Global Index, Francia e Italia encabezan la lista de países con puntuaciones ODS positivas. A pesar de tener un gran mercado de bonos, el Reino Unido tiene una puntuación ODS más baja y, por lo tanto, su asignación de inversión fue menor. El resto de los países con puntuaciones ODS positivas tienen una ponderación reducida en el índice, así que se les asignó un 2% de la inversión de la cartera a cada uno debido a sus limitaciones de liquidez.
Entre los países con puntuaciones neutras, EE.UU. y Japón reciben las mayores asignaciones, ya que constituyen una parte significativa del índice.

Figura 11: Cartera SDG Core 2023 con BB Global Index

Fuente: Robeco.

Para JPM EMBI Diversified Index, se estudiaron un total de 84 países. De estos, 25 tenían puntuaciones ODS positivas o neutras y, por tanto, cumplían los requisitos para incluirlos en la cartera. En consecuencia, se construyó una cartera más diversa, con algunos resultados sorprendentes: se incluyeron países como Armenia, Senegal y Costa de Marfil, y se otorgó una ponderación aún mayor a Indonesia, Colombia, República Dominicana y Uruguay. En cierto modo, esto refleja el espíritu de los ODS: dar prioridad a la deuda pública de los países emergentes que más necesitan el dinero.

Figura 12: Cartera SDG Core 2023 con JPM EMBI Diversified Index

Fuente: Robeco.

Esta metodología también confirma que las puntuaciones ODS y las calificaciones ASG son cosas distintas. Los países que han realizado progresos considerables en la consecución de los objetivos y que tienen mejores calificaciones ASG suelen recibir puntuaciones ODS neutras en este marco. Esto refleja la metodología de puntuación ODS, que pretende reconocer a los países con políticas sólidas y necesidades financieras, en lugar de evaluar estrictamente su nivel actual de consecución de los ODS.

Tampoco se corresponde necesariamente con las calificaciones crediticias soberanas. En la cartera SDG Focus, la mayoría tienen calificaciones inferiores a investment grade y muchos tienen la calificación BB-, como Honduras y Jamaica, con lo que no quedan excluidos de la mayoría de los fondos de deuda soberana. Bolivia tiene la calificación CCC+, la segunda peor de todas, y un alto riesgo de impago.

Una vez que haya llegado a este punto, sabrá que los países emiten bonos para financiar proyectos públicos que, aunque no estén orientados a los ODS, pueden evaluarse a través del proceso de tres pasos del Marco ODS por país y recibir puntuaciones según su potencial para promover los objetivos. Para construir las carteras hipotéticas SDG Core y SDG Focus de deuda pública, se utiliza un sistema de ponderación.

Nota al pie

¹⁴ www.researchgate.net/figure/International-Credit-Rating-Agencies-Scores-Meanings-and-Color-Coding_tbl3_332126048

Existen varias formas de invertir en los ODS. Una es buscar productos de inversión a medida orientados directamente a la renta variable o el crédito de empresas que contribuyan a la consecución de uno o varios de los 17 objetivos. Actualmente hay muchos en el mercado, aunque este ámbito se considera muy especializado y relativamente nuevo, ya que la mayoría de los fondos no aparecieron hasta la década de 2020.

Otra forma es invertir en fondos que se centren en un ODS específico, como el ODS 3 (Salud y bienestar), el ODS 5 (Igualdad de género) y el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), o los ODS 14 (Vida submarina) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres), relacionados con la biodiversidad. Los fondos a medida existen desde hace muchos años y algunos de ellos son anteriores al ODS al que se han asociado.

También puede buscar temáticas como las energías renovables y el cambio climático, que engloban varios ODS, en este caso el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), el ODS 12 (Producción y consumo responsables) y el ODS 13 (Acción por el clima). A veces coinciden con megatendencias, como las de consumo, fintech, nuevos materiales e innovación, que respaldan muchos de los ODS.

Tres temáticas que se están popularizando especialmente son las energías renovables, la economía circular y la biodiversidad.

• Las energías renovables constituyen un género de inversión por derecho propio, que actualmente se sitúa a medio camino entre la inversión de impacto y la inversión sostenible más generalista. Las industrias de energía solar, eólica e hidroeléctrica, antes consideradas un nicho, se han convertido en una parte importante del mix energético internacional, ya que representaban el 28% de la producción global de energía en 2020. Sin embargo, la inversión en renovables a menudo se realiza indirectamente, a través de inversiones más generales. ¹⁵
  
  

• En 2020 se lanzaron al mercado varios fondos orientados a la economía circular. Su propósito es sustituir el actual modelo de producción y consumo de «extraer-producir-desechar», que se basa en la explotación continuada de los recursos. Para ello, estos fondos invierten en empresas dedicadas a actividades que empiezan por “re”: reciclar, reutilizar, renovar, reparar, rediseñar, recuperar. La economía circular no tiene asociado un ODS específico, aunque sus principios están representados en varios ODS, como el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el ODS 12 (Producción y consumo responsables) y el ODS 13 (Acción por el clima).
  
  

• La biodiversidad ha surgido como una nueva frontera de inversión, aunque integrarla en las inversiones sigue siendo una tarea compleja, en parte por la falta de una metodología y datos estandarizados. Debe considerarse a través de la lente de la doble materialidad, es decir, la influencia recíproca que tienen las empresas y la naturaleza entre sí. Las estrategias de inversión en biodiversidad se centran en empresas que apoyan el uso sostenible de los recursos naturales y desarrollan tecnologías, productos y servicios que ayudan a restaurar los hábitats naturales o reducir las amenazas para la biodiversidad. La inversión en biodiversidad promueve tres objetivos: el ODS 13 (Acción por el clima), el ODS 14 (Vida submarina) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres).
  
  

Existe un tipo de inversión relacionado con los ODS que se ha convertido en una clase de activos por derecho propio: los bonos verdes. Estos bonos son títulos de deuda cuyo capital se utiliza exclusivamente para promocionar proyectos ambientales, y su emisor principal son los Gobiernos, los ayuntamientos y las ONG.

Para que un bono se considere “verde”, el capital que se obtiene con ellos debe utilizarse en proyectos con claros beneficios medioambientales, como energías renovables o gestión de residuos. El primer bono verde fue el Climate Awareness Bond emitido por el Banco Europeo de Inversiones en 2007. Se está convirtiendo en una corriente cada vez más generalista, ya que actualmente están en circulación 700.000 millones de EUR en bonos verdes.

En la última década, la emisión de bonos verdes ha aumentado exponencialmente. La emisión de bonos sostenibles superó el billón de USD en 2023, impulsada por los niveles récord de ventas de bonos verdes, que alcanzaron los 575.000 millones de USD, lo que representa un ligero aumento respecto a 2022. La mayor venta de bonos verdes de 2023 fue una emisión de 10.000 millones de EUR del Gobierno italiano. ¹⁶

Figura 13: Emisiones de bonos verdes y de bonos relacionados con la sostenibilidad en general

Fuente: Bloomberg

El enfoque más popular para integrar los ODS en las inversiones es a través de estrategias temáticas: un 25% de los inversores ya lo hacen, según la Encuesta Global sobre el Clima 2023 de Robeco. El 22% integraba los parámetros ODS pertinentes en el análisis de sus carteras existentes, y el 21% aplicaba parámetros ajenos a los ODS, como los de Sustainability Accounting Standards Board (SASB).

En cuanto al engagement, el 17% de los inversores colaboraba activamente con las empresas participadas para mejorar su rentabilidad en relación con determinados ODS, mientras que el 16% lo hacía en las carteras de inversión de impacto, según la encuesta.

Figura 14: Preferencias de inversión relacionadas con los ODS

Fuente: Encuesta Global sobre el Clima 2023 de Robeco

El engagement puede ser una herramienta eficaz para mejorar las puntuaciones ODS de las empresas y sus parámetros ASG en general. No todas las gestoras de activos tienen equipos de titularidad activa. Por tanto, durante el proceso de precontratación, es probable que el propietario de activos pregunte a la gestora candidata si dispone de un equipo de este tipo para garantizar la capacidad de votación y engagement respecto a los activos.

Estas iniciativas pueden ser todavía más poderosas si los inversores se unen. En mayo de 2020, Robeco contribuyó al nombramiento de un exejecutivo del sector de la energía eólica como consejero de la energética italiana Enel, en colaboración con la iniciativa Climate100+. Esta persona contribuye a que Enel vaya reduciendo su exposición a los combustibles fósiles e incrementándola a las energías renovables, como parte de las iniciativas orientadas a que la empresa alcance la neutralidad de carbono en 2050.

Otras colaboraciones han dado como resultado procesos de engagement con los Gobiernos de Brasil e Indonesia para tratar de detener la deforestación. Aparte de la repercusión obvia que esto tiene en el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), detener la deforestación es un componente clave del ODS 13 (Acción por el clima). De este modo, el engagement promueve ambos ODS directamente.

Cuando llegue a este punto, conocerá los diferentes vehículos de inversión que existen en relación con los ODS. Algunas estrategias se centran en las acciones y bonos de empresas que pueden contribuir a uno o varios ODS. Otras se basan en temáticas sectoriales, como las energías renovables y la economía circular, o adoptan enfoques más indirectos, como los procesos de engagement para detener la deforestación.

Notas al pie

¹⁵ https://www.iea.org/reports/global-energy-review-2020/renewables

¹⁶ https://www.bloomberg.com/professional/insights/trading/green-bonds-reached-new-heights-in-2023/

La ONU recopila estadísticas de sus estados miembros para seguir los progresos hacia la materialización de los 17 ODS. En el ecuador del plazo que marca el año 2023, ocho años después de adoptar dichos objetivos y con solo siete años por delante hasta el límite de 2030, el informe de la ONU sobre los progresos realizados no se anda con rodeos a la hora de decir que el mundo no va por buen camino para lograr los ODS.

«Los avances para más del 50% de las metas de los ODS son endebles e insuficientes, y el 30% están estancados o han retrocedido», advierte en su introducción António Guterres, Secretario General de la ONU. «Estos incluyen metas esenciales sobre la pobreza, el hambre y el clima. Si no actuamos ahora, la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que podría haber sido». ¹⁷

Figura 15: Avance de los ODS en su fase intermedia

Fuente: ONU.

Las cosas se volvieron más difíciles debido a pandemia de COVID de 2020-22, que obligó a paralizar gran parte de la actividad económica. La necesidad urgente de hacer frente a una crisis de asistencia sanitaria mundial provocó que se dispusiera de menos dinero para invertir en otras iniciativas como los ODS, y el progreso en algunos casos se invirtió. La guerra y sus repercusiones económicas también han pasado factura.

«Los efectos combinados de la crisis climática, la guerra en Ucrania, unas pesimistas perspectivas económicas mundiales y los efectos persistentes de la pandemia del COVID-19 han puesto de manifiesto deficiencias sistémicas y han obstaculizado considerablemente el avance hacia los Objetivos», afirma Guterres. «Si bien el estancamiento en los avances es generalizado, son los más pobres y vulnerables del mundo quienes están sufriendo los peores efectos de estos desafíos mundiales sin precedentes».

Guterres afirma que los países desarrollados no han aportado los 100.000 millones de USD anuales prometidos a partir de 2020, y que no se ha cumplido el histórico compromiso de invertir el 0,7% del PIB en ayuda al desarrollo, lo que incluye la financiación para lograr los ODS. Insta a que se produzca otro «momento de Bretton Woods» que replique el paquete de medidas que se adoptó para favorecer la recuperación de la economía global después de la Segunda Guerra Mundial.

En este vídeo se analizan las conclusiones del informe: https://youtu.be/C0D53ZNP6OI

A pesar del pesimismo, se ha avanzado mucho, según el informe. Los mayores avances se han producido en el ODS 12 (Producción y consumo responsables), para el que cerca del 35% del progreso se ha definido como «Meta alcanzada o en vías de alcanzarla». Resulta alentador que 11 objetivos estén casi a medio camino de su consecución.

Figura 16: Lo verde es bueno, pero la mayoría de los ODS van por mal camino

Fuente: ONU.

En 6 de los objetivos no hay metas alcanzadas ni en vías de alcanzarse, como el ODS 1 (Fin de la pobreza), el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento) y el ODS 13 (Acción por el clima). El progreso de los 2 objetivos de biodiversidad, el ODS 14 (Vida submarina) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), son una historia de dos extremos: muestran un 30% de progreso y un 60% de retroceso. El ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) es el que presenta el mayor nivel de datos insuficientes.

Un aspecto que ha mejorado con el tiempo ha sido la capacidad de adquirir datos comparables con los que medir el progreso, así como la claridad conceptual de lo que se intenta conseguir con los objetivos. La cifra de indicadores incluidos en la base de datos mundial sobre los ODS aumentó de 115 en 2016 a 225 en 2023, según el informe. La cifra de registros de la base de datos aumentó de 330.000 en 2016 a 2,7 millones en 2023.

También se lograron avances significativos en las metodologías que rigen la medición de los indicadores de los ODS. En marzo de 2020, las 169 metas y los 232 indicadores aprobados disponían de una metodología bien establecida y acordada internacionalmente, que garantiza la comparabilidad, precisión, fiabilidad y utilidad de las mediciones de la ONU.

Además, la proporción de indicadores que se consideran «conceptualmente claros» y tienen una buena cobertura nacional aumentó significativamente del 36% en 2016 al 66% en 2022.

Figura 17: La claridad y la percepción han sido un gran éxito

Fuente: ONU.

Cuando llegue a este punto, sabrá por qué el mundo se ha quedado atrás en algunos objetivos de cara a la fecha límite de 2030 (aunque hay muchos aspectos positivos), que el objetivo de producción y consumo responsable es el que más mejora y que se han logrado grandes avances en la medición de datos y la claridad conceptual de los objetivos.

Nota al pie

¹⁷ https://unstats.un.org/sdgs/report/2023/

En el capítulo anterior se explicó por qué es importante medir el impacto y los avances en materia de ODS. En este, se ofrecen ejemplos de lo que puede lograrse cuando se asigna capital de inversión a los objetivos.

El mercado de bonos ha demostrado ser un medio útil de recaudación de fondos para promover los ODS, ya que cumple los tres requisitos de la inversión de impacto: es intencionada, puede tener un impacto en el mundo real y genera rentabilidad financiera. Cuando el Banco Mundial emitió un nuevo tipo de bono en enero de 2023, quedó patente la fuerte demanda de este tipo de valores.

Esta institución con calificación AAA, anteriormente conocida como Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, recaudó 5.000 millones de USD mediante la venta del bono de desarrollo sostenible con un vencimiento a 7 años. Fue el primero del mercado de bonos soberanos, supranacionales y de agencias (SSA) emitido en USD, y atrajo la mayor cartera de pedidos para un bono a 7 años del Banco Mundial por parte de otras instituciones, como las gestoras de activos habituales.

La recaudación se destina a apoyar al Banco Mundial en su labor para poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad de nuestro planeta. De este modo, se orienta directamente al ODS 1 (Fin de la pobreza) y el ODS 2 (Hambre cero), y contribuye al ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos).

Lo que atrajo a los inversores fue que el bono tiene una calificación crediticia de triple A, es un activo líquido de alta calidad y cumple los criterios de un bono sostenible con impacto. El bono cotiza en la Bolsa de Luxemburgo, reporta el pago de un cupón semestral del 4% y ofrece un diferencial de 16,7 puntos básicos frente al bono de referencia del Tesoro estadounidense. Esto lo convierte en una inversión más atractiva que un bono del Estado equivalente y con mismo nivel de riesgo, que es prácticamente nulo.

Algunos inversores prefieren invertir más directamente en proyectos que puedan contribuir a los ODS. Vital Capital se especializa en comunidades desatendidas de mercados emergentes, como el África subsahariana, al tiempo que ofrece una rentabilidad ajustada al riesgo. Para cumplir esta misión, invierte principalmente en comunidades urbanas, agricultura, salud, energía, agua y educación.

Uno de estos proyectos es la central lechera Vital Tomosi's Dairy (VTD). El distrito de Kiruhura, al oeste de Uganda, es la principal zona productora de leche del país y un lugar cuya población lleva siglos ganándose la vida con la ganadería. Vital Capital aunó fuerzas con un experto en productos lácteos ugandés para construir el primer centro de procesamiento lácteo de la región: Vital Tomosi's Dairy. ¹⁸

Bajo la marca MilkMan, la central comercializa leche (UHT y cruda) y yogur de alta calidad, de pequeños productores locales y a precios asequibles en los mercados local y regional. El equipo de procesamiento, ventas y distribución de VTD da trabajo a más de 100 personas, de las que más del 50% son mujeres. Por lo tanto, la inversión en esta empresa contribuye directamente al ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y al ODS 12 (Producción y consumo responsables).

Otra inversión consistió en convertir el Luanda Medical Center (Angola) en una clínica de talla mundial con equipos de última generación de IRM, TAC, radiología digital y tecnologías similares. Dicha inversión contribuye al ODS 3 (Salud y bienestar), entre otros objetivos. Vital Capital también desarrolló en ese país la plataforma de alojamiento asequible Kora Housing, mediante la que se construyeron 15.000 viviendas, que contribuye al ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles).

En los mercados emergentes, la salud visual es un problema para millones de personas, que no tienen acceso a remedios para afecciones que van desde las cataratas a enfermedades graves de la retina. Los fabricantes de productos que puedan ayudar a estas personas contribuirán significativamente al ODS 3 (Salud y bienestar) y a la meta 3.8, que promueve el acceso universal a servicios de asistencia sanitaria de calidad.

Alcon, empresa suizo-estadounidense de productos farmacéuticos y dispositivos médicos especializada en productos de salud visual, lo hace a través de varias filiales. Aerie Pharmaceuticals se centra en terapias para el glaucoma y otras enfermedades oculares, mientras que WaveLight desarrolla y fabrica tecnologías de cirugía ocular con láser que pueden corregir las cataratas y mejorar la miopía.

En 2022, los productos de la división Surgical and Vision Care de Alcon mejoraron la vida de más de 260 millones de personas (lo que equivalente a la población de Indonesia) que sufrían afecciones oculares para las que la asistencia sanitaria local no podría proporcionar soluciones. Alcon llevó a cabo su labor en más de 140 países.

La empresa de seguros y asistencia sanitaria estadounidense UnitedHealth Group, que en 2022 proporcionó cobertura sanitaria a 70 millones de personas, también contribuye a la meta 3.8. Su filial Optum ha realizado evaluaciones clínicas a domicilio a más de 670.000 personas de municipios de rentas bajas.

La iniciativa SI Open Access de Robeco ofrece un sitio web en el que se pueden consultar las puntuaciones de más de 10.000 empresas. Tanto Alcon como UnitedHealth cuentan con una puntuación de +2 según el Marco ODS. ¹⁹

La erradicación del hambre o la desnutrición requiere soluciones innovadoras para desarrollar más productos de origen vegetal con los que pueda nutrirse una población más amplia, sobre todo en zonas donde el suministro de alimentos es escaso. Esto contribuye al ODS 2 (Hambre cero) y a la meta 2.4 relativa a la sostenibilidad de la producción de alimentos y las prácticas agrícolas resilientes.

El grupo multinacional francés de productos alimenticios Danone está realizando una importante contribución en este ámbito mediante el desarrollo de productos lácteos, de nutrición y de origen vegetal especializados, y la distribución de agua embotellada en 120 mercados. Su lema corporativo, «One Planet. One Health», refleja la convicción de que la salud del planeta y la de sus habitantes están interconectadas.

La línea de alimentos vegetales de Danone incluye bebidas naturales o aromatizadas con soja, almendras, coco, arroz y avena, y alternativas al yogur y la nata. En 2021, Danone produjo más de 1.100 millones de alimentos de origen vegetal, proporcionando productos nutritivos a millones de personas a un coste relativamente bajo.

Además, Danone redujo las emisiones de metano de su cadena de suministro de leche en alrededor de un 14% entre 2018 y 2020, y se ha comprometido a reducirlas en un 30% para 2030. Se trata del primer compromiso específico relativo al metano de una gran empresa alimentaria, y también del primero relacionado con el ganado. El ganado es uno de los principales productores de metano, un gas de efecto invernadero mucho más nocivo que el CO₂. De esta forma, también se contribuye a la consecución del ODS 13 (Acción por el clima) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres).²⁰

Danone recibe una puntuación de +1 según el Marco ODS de Robeco.

• Una empresa india de energías renovables genera 7,5 gigavatios de energía eólica, solar e hidroeléctrica en 15 estados del país. Esto equivale a la producción de unas 10 centrales eléctricas de carbón de tamaño medio. Dado que la generación de electricidad a partir del carbón representa actualmente alrededor del 75% de la energía de la India, esto supone llevar energía limpia a unos 7 millones de habitantes del país. En consecuencia, esta empresa contribuye al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y al ODS 13 (Acción por el clima).
  
  

• Un banco colombiano ofrece servicios financieros antes no disponibles a particulares y pymes de Colombia, Panamá, El Salvador y Puerto Rico. Alrededor del 27% de los 6 millones de clientes son primerizos en el sector financiero. El banco casi triplicó los microcréditos (préstamos a corto plazo) concedidos en 2021, lo que permitió a personas con rentas más bajas de comunidades remotas acceder a servicios financieros por primera vez. Esto contribuye al ODS 1 (Fin de la pobreza), pues se conceden préstamos para crear pequeñas empresas, y al ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico). ²¹
  

Cuando llegue a este punto, podrá citar ejemplos de los tipos de inversiones que benefician a los ODS, como el dinero recaudado por los bonos globales de desarrollo sostenible con calificación AAA. Los casos empresariales muestran cómo los productos y servicios pueden promover uno o varios objetivos, sobre todo en lo que respecta a las finanzas y el suministro de alimentos en zonas hasta ahora desatendidas.

Notas al pie

¹⁸ Vital Tomosis Dairy – Vital Capital (vital-capital.com)
¹⁹ ¿Qué puntuación de sostenibilidad tienen las empresas y los países? | Robeco Global
²⁰ methane-matters.pdf (danone.com)
²¹ Fuente de los fragmentos: Robeco SDG Credits.

1. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible están destinados a mejorar la sociedad, la sostenibilidad ecológica y la calidad de vida, adoptados por Naciones Unidas en 2015. Sustituyeron a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio y se pretenden alcanzar en 2030. Los ODS abarcan una amplia variedad de temas, que van desde la lucha contra el cambio climático y la erradicación del hambre hasta el fomento del consumo responsable y la mejora de la sostenibilidad en las ciudades. Se han ganado el apoyo mayoritario de empresas e inversores, pero la importante falta de financiación a la que se enfrentan se acentuó con la pandemia de COVID, y los avances en su consecución son cada vez más lentos.
   
   

2. Los ODS presentan enormes oportunidades de negocio y son relevantes para los inversores, porque los bienes y servicios que producen las empresas pueden contribuir a la materialización de los ODS. Hasta ahora, el interés de los inversores por cada uno de los 17 ODS ha sido dispar, ya que algunos prefieren los objetivos que se centran en la construcción de infraestructuras, con los que es más fácil obtener rentabilidad. La Encuesta Global sobre el Clima de Robeco reveló que el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y el ODS 13 (Acción por el clima) eran especialmente populares.
   
   

3. La inversión en los ODS es un tipo de inversión sostenible que complementa la que se basa en factores ASG, pero ambos conceptos no son lo mismo. Las calificaciones ASG no suelen medir el impacto de las empresas en la sostenibilidad, sino que miden si la rentabilidad de una empresa está en peligro debido a factores de sostenibilidad. La inversión ODS aspira a marcar una diferencia cuantificable en uno o más de los objetivos. Así, una empresa puede tener una calificación ASG alta, pero una puntuación ODS baja, o viceversa.
   
   

4. Existen diferentes formas de evaluar si las empresas contribuyen positiva o negativamente a los ODS. El Marco ODS de Robeco utiliza un sistema de puntuación que analiza el impacto de los productos de las empresas, así como sus operaciones y cualquier controversia en la que puedan estar implicadas. Esto se traduce en puntuaciones que oscilan entre -3 (muy negativa) y +3 (muy positiva), pasando por 0 (neutra). SDI Asset Owner Platform realiza análisis que se basan en una taxonomía que desgrana cada ODS e identifica cuáles de las metas resultan más idóneas para la inversión.
   
   

5. Al igual que se puede puntuar a las empresas, también es posible evaluar las contribuciones que los países hacen a los ODS, aunque el método para ello es diferente. El Marco ODS por país de Robeco sigue un proceso de tres pasos para otorgar puntuaciones basadas en el potencial de un país para promover los objetivos y, a continuación, las integra en carteras de deuda pública. Para construir las carteras hipotéticas SDG Core y SDG Focus de deuda pública, se utiliza un sistema de ponderación.
   
   

6. Existen muchas formas de invertir en empresas y sectores que pueden contribuir positivamente a la consecución de los ODS. Para ello, se aplican estrategias a medida de renta variable o crédito orientadas directamente a los ODS, o estrategias más temáticas que se orientan a una temática relacionada, como las energías renovables. Los bonos verdes para financiar los ODS ambientales se han convertido en una clase de activos por derecho propio. El engagement es también un medio útil para mejorar el impacto de las empresas.
   
   

7. El progreso general respecto a los ODS en su fase intermedia en 2023 es heterogéneo. Se ha avanzado poco en al menos la mitad de los objetivos, gran parte de los cuales se estancaron durante la crisis del COVID. El ODS 12 (Producción y consumo responsables) es el que más mejoras ha cosechado. También se ha avanzado mucho en la medición de datos y en la comprensión total de lo que se pretende conseguir con los objetivos.
   
   

8. Los casos prácticos muestran que la inversión en los ODS funciona: desde la financiación de centrales lecheras en Uganda y de centros médicos en Angola hasta la mejora de la atención sanitaria visual en los mercados emergentes. El mercado de bonos es un medio útil para recaudar capital, ya que puede tener un impacto significativo y, al mismo tiempo, ofrecer una rentabilidad atractiva. La financiación puede ayudar directamente a zonas desatendidas en lo que respecta a las finanzas y el suministro de alimentos.