15-09-2023 · Vídeo de producto

Caminos opuestos: ¡subvenciones a los combustibles fósiles en pleno auge de las renovables!

Quizá parezca absurdo que, en un momento marcado por el compromiso de muchos países por alcanzar las cero emisiones netas y desarrollar energías renovables, las subvenciones a los combustibles fósiles hayan alcanzado un máximo histórico. Después de un notable descenso en 2020 debido a la Covid, las primeras estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía indican que las subvenciones mundiales se duplicarán hasta superar el billón de USD en 2022.

El encarecimiento de los combustibles fósiles es uno de los principales motivos de este incremento, ya que las intervenciones políticas pretenden proteger a los consumidores frente a la escalada de precios. En 2021, Rusia fue el principal contribuyente a las subvenciones de combustibles fósiles, seguido de Irán y China. En cambio, Europa y Estados Unidos gastaron en conjunto 79.000 millones de USD en subvenciones a las energías renovables en 2021.
Los incentivos van a aumentar gracias al incremento de los presupuestos de programas como la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos y la Ley sobre la Industria de Cero Emisiones Netas en Europa. Si bien las subvenciones a los combustibles fósiles suelen consistir en ayudas directas a los precios o reducciones de los tipos impositivos (es decir, gastos operativos que incentivan el consumo de combustibles fósiles), las subvenciones a las energías renovables suelen ser inversiones en bienes de capital, destinadas a incentivar la creación de capacidades. Adoptan la forma de incentivos a la inversión y la producción, incentivos y desgravaciones fiscales, garantías, préstamos ventajosos y acuerdos de compra.

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