06-01-2023 · Perspectiva mensual

Una bandada de cisnes negros: sorpresas que podrían alterar las perspectivas para 2023

Los inversores tienen un deseo para el nuevo año, que no se parezca al “annus horribilis” de 2022. En nuestro informe sobre perspectivas de mercado para 2022, denominado “Sufrimiento a corto plazo y beneficios a largo”, nuestro equipo de Multiactivos advierte que es posible que 2023 depare una recesión, y que los inversores tengan que esperar a que la inflación, los tipos de interés y el dólar estadounidense hagan máximos para que los buenos tiempos se reanuden.

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  • Colin Graham - Co-Head of Sustainable Multi Asset Solutions

    Colin Graham

    Co-Head of Sustainable Multi Asset Solutions

El actual consenso no es muy optimista, pero si la historia nos enseña algo es que nada está grabado en piedra. Por tanto, cabe preguntarse cuáles son los posibles acontecimientos, buenos o malos, que podrían alterar esos escenarios básicos. Al iniciarse 2023, el equipo de Soluciones Multiactivo Sostenibles de Robeco esboza 10 posibles cisnes negros y las consecuencias que podrían acarrear.

1. La venganza de Ricitos de oro

El primero es la venganza de Ricitos de oro, de que, como en el cuento, la “sopa” económica no esté ni demasiado fría ni demasiado caliente. “En este caso, la inflación estadounidense hace máximos sin una recesión, el dólar retrocede y la Reserva Federal de EE.UU. puede tomarse un descanso aunque continúe vigilando,” comenta Colin Graham, Jefe de Estrategias Multiactivo de Robeco.

“La expansión fiscal posterior al Covid se ralentiza, frenando el exceso de demanda. Para los inversores multiactivo, esto haría que los bonos high yield ganaran atractivo, al reducirse las expectativas sobre la tasa de default”.

2. Cunde el pánico

Otra posibilidad es que la Fed se canse de los tipos de interés bajos a largo plazo y revise su objetivo de inflación, propiciando una ruptura definitiva con el régimen que ha estado en vigor desde la crisis financiera global.

“La Fed puede alegar que el objetivo del 2% está demasiado cerca del cero, por lo que la próxima recesión podría abocar a la economía a una deflación en toda regla”, explica Graham. “El resultado sería el pánico y que los bonos denominados en dólares estadounidenses registren rentabilidades negativas por tercer año consecutivo”.

3. Catástrofe deflacionista

Todavía peor es la posibilidad de deflación. Aunque una caída de precios parece una magnífica noticia, significa que los consumidores dejarán de consumir porque prevén que los productos se abaratarán a corto plazo, provocando directamente una recesión.

“En este caso, si los datos bursátiles y de la economía real apuntan más a la deflación que a la inflación, ello significará que los bancos centrales han conducido la economía fijándose en el espejo retrovisor, provocando una importante contracción”, en palabras de Graham.

4. Del “blanqueo ecológico” al “blanqueo de impacto”

El interés por mejorar las características ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) de las empresas ha cobrado una enorme importancia y constituye la piedra angular de las inversiones de Robeco. El problema es que también ha dado pie al “green washing” o “blanqueo ecológico”, con el que empresas e inversores alegan tener cualidades ASG que no pueden demostrar, a menudo por motivos de imagen y marketing.

Otro problema creciente es el “blanqueo de impacto”, con el que empresas e inversores alegan que tienen un impacto en el mundo real, pero que es difícil de demostrar o incluso cuantificar.

“Creemos que reguladores, medios de comunicación e inversores van a fiscalizar más estrechamente las alegaciones de sostenibilidad y que, en consecuencia, las grandes entidades financieras tendrán problemas para demostrar sus credenciales de sostenibilidad en los distintos aspectos de su negocio”, según Graham.

“En lugar de centrarse en mejorar sus características ASG y en generar valor para los accionistas, las empresas podrían acabar vendiendo o desinvirtiendo negocios que no cumplen criterios ASG y retirándose de mercados donde los reguladores son más exigentes con las credenciales de sostenibilidad”.

5. La recompensa del riesgo

Un asunto menos conocido se refiere a la propensión al riesgo, según sea el nivel de riesgo que los inversores multiactivo declaran que pueden asumir. Según estos perfiles de riesgo, los fondos suelen clasificarse en ‘prudentes’, o sea, de bajo riesgo, centrados en la deuda pública más segura; fondos ‘mixtos’, que ofrecen una combinación de bonos y acciones; o fondos ‘agresivos’, que pueden invertir en acciones mucho más arriesgadas.

El problema a este respecto es que en 2022 la diferencia entre todos ellos fue muy escasa. Graham afirma que el desempeño de estos perfiles difería menos de 20 pb (en términos de euro) al concluir diciembre. “Si ello vuelve a suceder en 2023, las consecuencias serán que habrá un segundo año de rentabilidades negativas en los fondos mixtos, como sucedió después de que explotará la burbuja tecnológica de 2001-2002.”

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6. La paz tiene una oportunidad

Pero no todo son malas noticias. Buena parte de la opinión de consenso asume que va a continuar la guerra en Ucrania que provocó tanta volatilidad en los mercados en 2022 y que desató una gran inflación en todo el mundo. Si se declara la paz se produciría un grato imprevisto.

“Podría producirse un dividendo de la paz, por el que Ucrania garantice sus fronteras con la ‘ayuda’ europea y reanude el flujo de trigo, petróleo y gas, poniendo fin a los cuello de botella”, comenta Graham. “Otros países suavizarían sus restricciones comerciales y de viaje, lo que posibilitaría una reducción de la inflación y una más rápida renacionalización de las cadenas de suministro. Las economías mundiales registrarían un ahorro de costes inesperado, sobre todo en Europa”

7. Redes antisociales

Las redes sociales constituyen otro campo de batalla, en el que los contendientes están armados con palabras en lugar de armas. Una regulación más estricta hacia los gigantes tecnológicos, motores de las acciones “growth”, podría beneficiar en cambio hacia las acciones “value”.

Según Graham, podríamos asistir a una reacción contra las redes sociales y a un aumento de la regulación sobre las plataformas tecnológicas al cobrar mayor protagonismo la protección de datos. “El resultado sería un cambio en el liderazgo del mercado de renta variable: las empresas “value” con disciplina de capital y beneficios de calidad obtendrían una mayor recompensa en términos relativos”.

8. Cambios políticos por sorpresa

También cabe la posibilidad de que haya ‘cambios políticos por sorpresa’, como sucedió en el Reino Unido, que tuvo tres primeros ministros en 2022. “Este es el primer año del siglo sin una elección en un país del G7,” indica Graham.

“Sin embargo, podríamos asistir a un cambio político de peso si un gobierno ‘importante’ cae, como pasó con Boris Johnson y a continuación con Liz Truss un mes después, lo que deparó notables aumentos de la volatilidad”.

9. Meteduras de pata

El breve gobierno de Truss y su desastroso mini-presupuesto, que obligó al Banco de Inglaterra a tomar medidas de emergencia para proteger al sector de las pensiones, demostró que algunos sistemas financieros pueden ser muy frágiles.

“En este escenario, los activos privados sufren un drenaje de liquidez, se ponen en entredicho las estructuras de inversión orientadas al pasivo (LDI) y los bancos se enfrentan a un mayor escrutinio tras el hundimiento de una criptomoneda”, señala Graham. “Ello dejaría al descubierto aquellas inversiones que únicamente se financiaron por que el dinero era ‘gratis’ en ese momento”.

10. Potencial alcista del cero neto

Por último, el compromiso de transición a una economía cero neto podría sorprender favorablemente. “No hay marcha atrás sobre el clima: las pruebas sobre el cambio climático se acumulan y la COP27 subrayó que la capacidad política será clave a la hora de alcanzar un equilibrio entre las aspiraciones climáticas y su implementación”, puntualiza Graham.

“A largo plazo, lograr la seguridad energética conlleva aumentar la inversión en tecnologías verdes y soluciones climáticas para salvar la brecha entre aspiraciones e implementación”. Podría crearse un ‘super fondo’ internacional respaldado por varios gobiernos para facilitar la transición al cero neto”.