Robeco empezó a ofrecer a sus clientes inversiones sostenibles mucho antes de que el cambio climático fuese un motivo de preocupación global. Hoy en día seguimos a la vanguardia de las soluciones climáticas, desde fondos a medida a estrategias temáticas centradas en los efectos a largo del calentamiento global.
Durante los confinamientos recientes, se produjo un desfase entre demanda y suministro (menor demanda de energía y elevado suministro de renovables), lo que aumentó el interés por los sistemas de almacenamiento energético.
La silvicultura, reconocida en el Acuerdo de parís como parte esencial para abordar el cambio climático, es un factor cada vez más relevante para los inversores que desean combinar rendimientos a largo plazo sostenibles con beneficios sociales y medioambientales.
Las fuentes de energía renovables y las redes y distribución de energía también son vistas como oportunidades interesantes por muchos inversores, junto con la eficiencia energética. Las energías eólica y solar obtienen las mayores puntuaciones.
La desinversión supone una medida rápida, ya que vender una posición en una empresa elevada en carbono saca inmediatamente su huella de carbono de la cartera. Sin embargo, no supone la respuesta para el reto mayor de descarbonizar la actividad económica subyacente de la empresa en cuestión. Además, la desinversión solo transfiere el problema de un inversor a otro. Muchos de los activos de combustibles fósiles que se eliminan o excluyen los compra otros inversor, que los saca a menudo de bolsa y los excluye del escrutinio público. “Podemos descarbonizar una cartera financiera, pero no es lo mismo descarbonizar el mundo real. Al final, lo que cuenta es el mundo real,” puntualiza Masja Zandbergen, Responsable de Integración ASG.
“Rebajar las huellas de carbono de nuestras carteras con la desinversión solo significa que el carbono acaba en la cartera de otro inversor, y que el mundo real se queda como estaba. Por eso es importante interactuar con estas empresas, para que la descarbonización sea realmente parte de sus estrategias empresariales.”
“La descarbonización tiene que ser parte de la forma en que las empresas se plantean la generación de valor a largo plazo. En eso radica la auténtica esencia de la descarbonización: en que haya un nuevo modelo de negocio basado en una economía baja en carbono”.
La economía circular empieza donde concluye el modelo lineal, volviendo a reintegrar la producción desechada en el ciclo productivo. En lugar de extraer más recursos y utilizarlos como insumos de producción, las soluciones circulares se centran en reciclar, reparar y reutilizar materiales existentes. En la economía circular, el valor se rescata y reutiliza en lugar de ser destruido.
Nuestras estrategias Circular Economy y Smart Materials invierten en empresas situadas en la confluencia entre sostenibilidad y tecnología, que crean soluciones innovadoras para equilibrar utilización de recursos y crecimiento económico.
En la economía mundial, es difícil eludir los efectos perjudiciales de las cadenas de suministro lineales. El exceso de residuos acumulados en vertederos, ensuciando litorales y atrapados en aire contaminado es prueba visibles del paradigma ‘coger, hacer, utilizar y desechar’ alentado por las empresas y devorado por los consumidores. Pero el exceso de producción es solo una parte del problema, la incesante extracción de recursos naturales para usarlos como insumos de producción también constituye una grave amenaza ambiental.
Los principios de la economía circular ayudan a potenciar cada eslabón de la cadena de suministro al objeto de reducir la utilización de recursos y maximizar todo el potencial de los insumos.
Fuente: Robeco
Rediseñar los insumos consiste en reducir residuos en las etapas iniciales de la cadena de suministro, sustituyendo recursos escasos por otros renovables e insumos contaminantes por alternativas más limpias. Un claro ejemplo lo constituye el empleo de plástico virgen en el envasado de productos. La materia prima plástica es barata de conseguir y fabricar, pero con un coste terrible para el medio ambiente. En las últimas décadas se han producido miles de millones de toneladas métricas, utilizadas rápidamente en su gran mayoría (91%) antes de ser desechadas.
Todos los años se entierran millones de toneladas en plantas de residuos o se arrojan a vertederos o al mar, con devastadoras consecuencias medioambientales. La incineración del plástico genera significativas emisiones de gases con efecto invernadero, y la basura plástica en los océanos estrangula la fauna marina, perjudica los hábitos acuáticos y amenaza la biodiversidad.
Pero hay disponibles soluciones circulares. Los insumos renovables incorporan al envasado materiales biológicos, como fibras de plantas, aceite de algas y proteínas complejas, que reducen la necesidad de materia prima plástica.
Se están utilizando alternativas renovables y sustitutivos con mayor eficiencia energética no solo en el envasado plástico para el consumo, sino en otros productos de otros sectores industriales. Por ejemplo, en el sector industrial, la fibra de carbono ligera puede sustituir al acero pesado en vehículos y maquinaria para reducir el consumo de combustible. Además, los bioplásticos se utilizan en la construcción para alargar la duración de los materiales de construcción, sin perder su carácter ecológico. En la agricultura, los productos agrícolas biológicos sustituyen a los abonos químicos para proteger y nutrir a las plantas de una forma natural y no artificial.
Ampliar la vida útil de los productos es otro aspecto clave de la economía circular. La aplicación de conceptos del diseño modular puede ser útil en este sentido. Los productos de diseño modular pueden desmontarse fácilmente, lo que permite sustituir o renovar las partes gastadas. Además, para reducir los residuos plásticos es también importante un servicio de reparación y mantenimiento completo que mantenga los productos en buen estado y con un funcionamiento óptimo.
Inevitablemente, los productos acaban gastándose, con lo que en un modelo lineal acababan en el montón de la basura. Sin embargo, las soluciones de la economía circular reintegran al ciclo productivo los productos caducados gracias al ingenio y la tecnología. Las empresas centradas en sistemas de reciclado y gestión de final de vida útil recuperan el valor incorporado en los productos desechados para su reutilización como insumos en el ciclo de producción de nuevos productos o servicios.
Transformar las cadenas de suministro tradicionales supone una tarea hercúlea que no sería posible sin un importante impulso tecnológico. Pero el alcance, velocidad y tamaño de las plataformas de comercio digital están abriendo nuevas posibilidades para aplicar los principios de la economía circular en fases posteriores de la cadena de suministro. El éxito de la “economía colaborativa”, que permite que consumidores y proveedores colaboren y consuman conjuntamente sus activos existentes (como coches, conductores, habitaciones y oficinas), demuestra el poder conjunto de la tecnología y los principios circulares.
Pero los principios colaborativos también se aplican antes en la cadena de valor, y sirven para aumentar la colaboración y reducir ineficiencias en las fases de diseño, producción, utilización y reciclaje. Actualmente, las actividades de fabricación y producción están plagadas de procesos inflexibles, mecánicos y físicos. La robótica, la automatización y el software son modulares y muy adaptables, y se pueden reprogramar para responder a las cambiantes necesidades empresariales.
Además, las tecnologías de realidad aumentada (AR), Internet de las Cosas Things (IoT) y la nube conectan los sensores de las fábricas con interfaces de dispositivos remotos que proporcionan valiosa información y una conexión fluida entre diseñadores, fabricantes, proveedores e incluso clientes. El resultado es un mejor diseño de producto, más calidad, menores costes y agilidad de producción, así como una mejor captura de residuos, reciclado y gestión de vida útil.
Nuestras estrategias Circular Economy y Smart Materials invierten en tecnologías que eliminan las ineficiencias y los residuos en las cadenas de suministro, y conservan los recursos para generaciones futuras. Los inversores que participen no solo tienen acceso a temas de crecimiento sostenible a largo plazo, sino que son un salvavidas para un planeta al que hay que rescatar.
¿Está interesado en conocer el trasfondo de los distintos riesgos y oportunidades climáticos? No se pierda nuestra nueva serie de artículos, documentos de investigación, vídeos y webinars sobre esta cuestión esencial.
Desde el campo de cultivo a la mesa, la agricultura inteligente utiliza tecnología para optimizar los recursos, mejorar los rendimientos, reducir los residuos, conservar la biodiversidad y aumentar la seguridad de los alimentos en toda la cadena de valor alimentaria. Las estrategias Sustainable Water y Circular Economy Equities invierten en empresas centradas en aplicar avances tecnológicos específicos para las agotados recursos hídricos, así como técnicas agrícolas inteligentes para la gestión del suelo y las cosechas.
La ONU calcula que para 2050 la población humana habrá crecido hasta 9.700 millones de personas. Eso significa más de 65 millones de bocas adicionales que alimentar cada año, con la consiguiente presión sobre los sectores agrícola y de alimentos para aumentar la producción y mantener el ritmo. Además, el crecimiento exponencial de ciudades y población conlleva que la tierra sea cada vez más escasa. El número de megaciudades – definidas como aquella con más de 10 millones de habitantes – aumenta en todo el mundo, sobre todo en los mercados en vías de desarrollo.
La tierra no es el único recurso esencial escaso. El auge de la población también conlleva el de su consumo de agua.
La demanda mundial de agua ya supera al suministro, y dos mil millones de personas ya viven en zonas con grave escasez de agua. Además, el uso de agua está dominado por el sector agrícola, ya que el agua empleada para producir alimentos es mucho mayor que la utilizada para el consumo personal. Valga como ejemplo que solo para producir una manzana son necesarios 70 litros de agua.
En todo el mundo, los hábitos alimentarios están cambiando, pasando de productos básicos como raíces, tubérculos y cereales, a proteínas animales como la carne y los productos lácteos que necesitan unos insumos de agua mucho mayores y otros recursos. Aunque algunos de estos cambios son saludables y deseables, también utilizan muchos recursos y son caros, tensionando más el suministro de agua. Por ejemplo, para producir un kilogramo de carne de ternera se necesitan 15.000 litros de agua.
Fuente: www.waterfootprint.org
Además, para transportar agua a los campos y granjas son necesarias redes eficientes de bombas, tuberías, válvulas y sistemas de irrigación. Gracias a la digitalización, estas redes y sistemas están equipados con sensores que detectan rápidamente fugas y roturas, controlan los niveles de humedad del suelo y adaptan la dosis de agua a las necesidades del suelo. Asimismo, los avances en el tratamiento y análisis del agua sirven para identificar y extraer productos químicos, abonos y contaminantes de las aguas residuales y de escorrentía, de forma que pueda ser devuelta al medio ambiente con seguridad o reciclada en el sistema.
Por último, la importancia del agua va más allá de hidratar y nutrir las cosechas. Mejorar la retención de agua del suelo ayuda a restaurar la materia orgánica y reducir la erosión, lo que se traduce en unos cultivos más nutritivos y un ganado más saludable.
Garantizar suministros de agua seguros no es el único enfoque de la agricultura sostenible. Nuestra estrategia Circular Economy invierte en soluciones que aumentan la eficiencia en los sistemas agrícola y alimenticio, desde la granja al plato. La atención que la agricultura inteligente pone en la protección del suelo y la vegetación hace que sea un ámbito maduro para la aplicación de los principios de circularidad. La tecnología GPS ya se utiliza ampliamente para guiar tractores y cosechadoras, reduciendo los costes y emisiones de CO2 asociados con la utilización de la maquinaria agrícola.
Además, la IA y el aprendizaje automático pueden enseñar a los equipos agrícolas a detectar las malas hierbas en los cultivos y a aplicar automáticamente productos de protección de cosecha con una precisión y exactitud sin precedentes. Como resultado de ello, la cantidad de productos químicos necesarios se puede reducir en hasta un 90%, protegiendo significativamente la biodiversidad sin comprometer el rendimiento de los cultivos.
El crecimiento de la población, la escasez de recursos y el cambio climático ejercen presión sobre el sector agrícola, así como sobre el medio ambiente. Nuestras estrategias de inversión Sustainable Water y Circular Economy ayudan a abordar estos retos al facilitar soluciones que no solo son efectivas y eficientes para los cultivos y el ganado, sino que también benefician al conjunto de la vida en el planeta.
Robeco ofrece una gama de estrategias de inversión, tanto en renta fija como variable, que abordan los retos del clima a que nuestra generación se enfrenta.
El aumento de la electrificación y la demanda de electricidad imponen que la energía generada tenga que ser consumida de forma eficiente. Las tecnologías de próxima generación sirven para reducir el consumo de energía de las aplicaciones con elevado consumo y los dispositivos de usuario final de los sectores de edificación, industria, transporte y TI. Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility invierten en toda la cadena de valor de la energía y el transporte limpios, ofreciendo a los inversores exposición diversificada a las megatendencias de la descarbonización y la movilidad sostenible.
La población y la economía precisan de energía. Desgraciadamente, el suministro de energía primaria sigue dominados por los hidrocarburos y las emisiones globales de carbono siguen al alza. La emergencia el cambio climático ha impulsado las iniciativas para teñir de “verde” la economía mundial, desencadenando una innovación disruptiva que altera rápidamente el panorama energético.
Los gobiernos de todo el mundo han anunciado nuevas iniciativas de amplio alcance para descarbonizar la totalidad de sus economías. Entre las mismas destacan los compromisos de EE.UU. y China, que finalmente han asumido la aspiración internacional de abordar el cambio climático.
La electrificación del sector del transporte ha adquirido una dinámica considerable en los últimos años y seguirá siendo importante en las inversiones relacionadas con la energía. Las ventas de vehículos eléctricos (VE) han tenido un acusado crecimiento en mercados clave como Europa o China, y deberían de mantenerse elevadas. Las estimaciones internas muestran también que las ventas mundiales de VE en 2021 casi duplican a las de 2020, que ya fue un año extraordinario, marcado por un crecimiento interanual del 130% en Europa y un importante rebote en China a finales de año.
Las inversiones en transporte de las estrategias no se limitan a los productores de VE; también cubren toda la gama de empresas auxiliares del ecosistema de VE que suministran componentes esenciales, como semiconductores de potencia, baterías de almacenamiento, sensores y accionadores, así como la infraestructura de carga de los VE.
El transporte no es el único sector con emisiones altas que la electrificación está transformando; el entorno construido también está en transición. Según la Agencia Internacional de la Energía, las edificaciones y la construcción de edificios suponen en conjunto más de una tercera parte del consumo mundial de energía, y casi el 40% de las emisiones directas e indirectas de carbono.
En respuesta a unas normas más estrictas y a la perspectiva de rebajar los costes energéticos, la edificación comercial recurre en muchos casos a la electrificación verde con fines de suministro energía y regulación, desde las bombas de calor y la refrigeración, hasta la iluminación de bajo consumo y los sistemas de gestión de edificios.
Otros componentes esenciales de la ecuación energética también siguen la tendencia hacia la electrificación. La energía eólica y solar son limpias, pero dependen de la climatología y son intermitentes. Deben crearse soluciones baratas para almacenar temporalmente los superávits de energía generados. En el transporte de pasajeros, las baterías de ión-litio de los VE proporcionan una solución económica para almacenamiento energético, con nuevas mejoras en perspectiva.
Las industrias de mayor tamaño consumen más energía y son más difíciles de electrificar, aunque están surgiendo algunas soluciones limpias. El hidrógeno verde se crea dividiendo el alguna en combustible de hidrógeno y oxígeno, al emplear para ello electricidad libre de carbono de origen renovable. Conforme se expanda y sea más económico, este hidrógeno supondrá un elemento esencial para descarbonizar industrias con altas emisiones de carbono, como el transporte a larga distancia (camiones, trenes, barcos y aeronaves) y los sectores industriales (semiconductores, abonos y producción de acero).
La descarbonización de la energía va mucho más allá de la producción de paneles solares y turbinas eólicas. Llegar este siglo a las cero emisiones netas requerirá transformar toda la cadena de valor de la energía.
Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility proporcionan a los inversores exposición diversificada a estas tendencias de inversión a largo plazo que están
A corto plazo, ¿en qué se traducirán los recientes anuncios de Robeco para las estrategias cuantitativas de renta variable?
“Ahora prevemos adecuar en los próximos meses varias de nuestras estrategias ‘centradas en la sostenibilidad’ al Acuerdo sobre el Clima de París. Robeco tiene una amplia variedad de estrategias cuantitativas de renta variable, y todas integran la sostenibilidad en cierta medida. Dentro de este grupo existe una gama ‘centrada en la sostenibilidad’, destinada a inversores que tengan preferencias más ambiciosas que simplemente integrar la sostenibilidad.”
“Estas estrategias cuantitativas de renta variable tienen un doble objetivo: generar rendimiento con un marcado perfil de sostenibilidad. Su objetivo siempre ha sido el de marcar la pauta en términos de integración de sostenibilidad. Por tanto, hemos considerado lógico acomodarlas al Acuerdo de París, dado el creciente énfasis que el sector de gestión de activos pone en la sostenibilidad y el riesgo climático.”
Cuando dicen ‘ahora’, quieren decir ya, ¿no es cierto?
“Sí. De hecho, ya hemos empezado. La primera estrategia cuantitativa de renta variable que se ajustará al Acuerdo de París será una de las estrategias Global Sustainable Conservative Equity, para las que ya hemos completado el proceso de consulta al cliente y recibido el visto bueno de los clientes existentes. ”
“Un objetivo de reducción de la huella de carbono mucho más exigente constituirá el cambio más importante. Toda nuestra gama de renta variable cuantitativa sostenible tiene ya un objetivo de reducción del 20% respecto a su índice de referencia. En el caso de la estrategia ajustada al acuerdo de París, como punto de partida aplicamos una reducción del 50%. Además, después nos fijamos como objetivo una reducción anual del 7%.”
Eso parece una transición muy rápida. ¿Como lo lograrán?
“No partimos de cero. Las estrategias ‘centradas en la sostenibilidad’ ya incluyen una reducción próxima al 50% del nivel fijado como punto de partida. Obviamente, en el futuro la reducción del 7% constituirá una limitación adicional. Pero pensamos que podemos efectuar esta migración manteniendo unos niveles de rotación razonables.”
En la práctica, ¿cómo reducen la huella de carbono de estas estrategias?
“Para ponerle un ejemplo, aunque nuestras carteras cuantitativas de renta variable sostenible ya tienen una exposición reducida al sector energético, las restricciones serán aún mayores cuando se adapten al Acuerdo de París. Las empresas involucradas en el carbón térmico serán lógicamente excluidas, así como la mayoría de las grandes empresas petroleras y gasistas, sobre todo las grandes petroleras. Las restricciones sobre las eléctricas también serán mucho más estrictas.
Aparte del mayor rigor en las exclusiones, un elemento clave de la construcción de la cartera será el grado de utilización de carbono de las empresas. Las empresas con una huella de carbono relativamente reducida tienen más probabilidades de ser incluidas en la cartera que aquellas con huellas ambientales más altas.”
La descarbonización de las carteras tendrá necesariamente un impacto en su perfil de riesgo/rendimiento. ¿Qué consecuencias les cabe esperar a los inversores?
“Hemos analizado exhaustivamente esta cuestión. Nuestra simulación muestra que pueden construirse carteras que respeten París y que permitan elevadas exposiciones factoriales. En teoría, limitar el conjunto de oportunidades debería entrañar un coste en términos de rendimiento”.
“Y eso es precisamente lo que encontramos, aunque el impacto es limitado en un universo de inversión global con amplias oportunidades de inversión: En comparación con las estrategias cuantitativas de renta variable tradicionales, las que se adapten al Acuerdo de París podrán recoger entre el 90% y el 95% del potencial de riesgo/rendimiento.”
“Pero estas simulaciones se basan en precios pasados, por lo que no presuponen ningún potencial de alfa en la adopción de una estrategia adaptada al Acuerdo de París. Si los riesgos del cambio climático, como los riesgos de transición o de activos bloqueados, aumentan y se materializan, no podrá hablarse del impacto negativo de adaptarse al Acuerdo de París, sino más bien de su impacto positivo. Por tanto, también depende de la perspectiva adoptada.”
Se habla mucho de la necesidad de descarbonizar las inversiones para cumplir con los objetivos para mitigar el cambio climático. ¿Qué exige eso de los inversores? ¿Un simple ajuste de las carteras existentes para mejorar sus criterios de sostenibilidad, o tienen que introducir cambios más profundos los gestores de activos?
Nosotros opinamos que cuando adoptan decisiones de inversión, así como en sus contactos con las empresas en que invierten y otras entidades, los gestores de activos tienen la responsabilidad de identificar y gestionar los riesgos del cambio climático. No basta con introducir cambios superficiales en los procesos de inversión existentes.
En su lugar es necesario un nuevo enfoque basado en un conocimiento sólido y bien fundamentado de la inversión sostenible, y que esté integrado en todos los aspectos del proceso inversor.
Robeco puede aprovechar su amplio know-how y sus procesos privativos para invertir en línea con los objetivos del Acuerdo de París. En concreto, hemos creado una nueva y pionera solución de inversión sobre el clima y la descarbonización, lanzando las primeras estrategias mundiales de renta fija que respetan totalmente el Acuerdo de París: las estrategias Climate Global Bonds y Climate Global Credit..
La estrategia Robeco Climate Global Fixed Income supone una solución única que refleja el plan de descarbonización expuesto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Las estrategias Climate Global Bonds y Climate Global Credits invierten en activos de renta fija global de una forma que trata de mantener la subida de las temperaturas mundiales muy por debajo de 2°C sobre los niveles preindustriales, con el objetivo de limitarlo a solo el 1,5°C.
Estas dos estrategias proporcionan una reducción interanual del 7% en la intensidad global de las emisiones de las carteras. Esta reducción se mide per cápita en el caso de la deuda soberana y por unidad de capital total en el de la deuda corporativa. La estrategia Climate Global Credit va todavía más lejos, empezando con una intensidad de las emisiones al lanzamiento un 50% inferior a la del universo de inversión, además de excluir la producción de combustibles fósiles. Las dos estrategias se gestionan frente a índices que están en consonancia con el Acuerdo de París. Lo que es más, Climate Global Bonds es la primera estrategia de renta fija mundial en plena consonancia con el Acuerdo de París.
Es importante destacar que los requisitos regulatorios de los índices de referencia armonizados con París superan los requisitos del propio Acuerdo de París. Es por ello pertinente que el Grupo de Expertos Técnicos sobre Finanzas Sostenibles de la UE describa los índices armonizados con París como “herramientas para inversores dispuestos a estar en la vanguardia de la transición, apostando hoy por los actores de la economía del mañana”1.
Los estrictos criterios que Robeco aplica para seguir una trayectoria de reducción de carbono exigente en nuestras carteras de inversión es reflejo de su compromiso para luchar contra el cambio climático.
1 Grupo de Expertos Técnicos sobre Finanzas Sostenibles de la UE, “Informe sobre índices de referencia”, septiembre 2019.Robeco Climate Global Bonds y Robeco Climate Global Credits son estrategias activas que se basan en nuestras acreditadas capacidades de renta fija global. Ambas combinan una perspectiva top-down sobre los ciclos macroeconómico y del crédito, con una selección de emisores bottom-up, con vistas a sortear los ciclos del mercado, explotar sus ineficiencias y fomentar la actividad sostenible. Las consideraciones sobre el cambio climático están plenamente integradas en los distintos componentes del proceso de inversión y construcción de la cartera.
El enfoque de inversión es a contrarian, centrado en el valor y basado en el análisis, y se apoya en un equipo de casi 30 analistas macro y de crédito altamente experimentados, que son capaces de identificar las mejores oportunidades de los mercados globales de renta fija. El Centro Especializado en Inversión Sostenible de Robeco comparte sus ideas con los equipos de inversión, mientras que nuestro equipo expertos en datos proporciona un conocimiento en profundidad de las distintas intensidades de los gases con efecto invernadero.
La perspectiva top-down se combina con una selección de emisores bottom-up basada en un riguroso análisis por fundamentales y que contribuye positivamente a una actividad económica sostenible. El experimentado equipo de profesionales de renta fija de Robeco criba el universo de inversión disponible para seleccionar una lista de emisores. Dicha lista incorpora consideraciones sectoriales y nacionales, así como ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).
Seleccionamos los valores teniendo en cuenta la intensidad de emisiones de CO2 de gobiernos, sectores y empresas. Así se garantiza que la estrategia sigue una trayectoria de descarbonización que reduce la intensidad de emisiones global de la cartera un 7% interanual.
Además, de cara al futuro nuestro enfoque consiste en invertir en empresas y países que dediquen capital a actividades que estén en línea con la axonomía de la UE, y que sean eficientes a la hora de reducir las emisiones de carbono. Y lo que es más importante, aquí pueden incluirse empresas que en la actualidad tengan unas emisiones elevadas, ya que nuestro criterio para asignar capital es que los países y empresas se tomen en serio la transición a la energía sostenible, y que jueguen un papel importante en facilitar dicho cambio.
Victor Verberk - CIO Fixed Income and Sustainability
Robeco ha innovado en este ámbito mediante su colaboración con Solactive para crear índices de referencia ajustados a París para la inversión en renta fija, tanto de créditos corporativos como de bonos agregados. Estos son los índices respecto a los cuales se miden el desempeño de las estrategias Climate Global Fixed Income.
Los índices de referencia comienzan con una intensidad de emisiones de CO2 inferior a la del universo del mercado global como referencia de intensidad, y se descarbonizarán a un ritmo del 7% anual desde su punto de partida. En el caso del índice ajustado a París correspondiente a los créditos, el punto de partida será un 50% inferior al conjunto del mercado, en línea con el Reglamento sobre índices de referencia para índices ajustados con París.
En el caso de los bonos corporativos:
En el caso de los bonos soberanos:
Pese a estas limitaciones relacionada con el carbono, hemos observado que, con el tiempo, el comportamiento del índice emula el del conjunto del mercado. En concreto, la comparación retrospectiva de los índices Solactive ajustados a París de créditos y bonos con los índices Solactive Global para créditos y bonos arroja un resultado favorable: el comportamiento y atributos de rentabilidad de los índices ajustados a París es muy parecido al sus índices genéricos equivalentes, con la importante diferencia de que aquellos tienen una huella de carbono mucho menor.