09-03-2018 · Visión

La logística del comercio electrónico: un paso más

El comercio electrónico se encuentra en plena eclosión, lo que impone una mayor exigencia sobre sus redes logísticas principales. Por ello, el sector está buscando soluciones más económicas basadas en herramientas innovadoras, tales como robots que están aprendiendo a ver y seleccionar artículos, inteligencia artificial, drones y muchos otros dispositivos que trae consigo la Industria 4.0.

    Autores/Autoras

  • Folmer Pietersma - Portfolio Manager

    Folmer Pietersma

    Portfolio Manager

El comercio electrónico representa el 10% de las ventas al por menor que se realizan en el mundo. DHL, la mayor empresa de logística del mundo, prevé que el comercio electrónico experimente un crecimiento cercano al 19% anual, llegando así a alcanzar el 15,5% de todo el comercio global en 2021. En nuestra opinión esta cifra podría ser todavía mayor, ya que en China, por ejemplo, la penetración del comercio electrónico es ya del 22%. La confianza en las compras a través de Internet ha aumentado, tanto en lo referente a seguridad en los pagos como a calidad de los productos.

El reto del último kilómetro

El masivo crecimiento del comercio electrónico ejerce un efecto muy notable sobre la logística subyacente. En la Figura 1 se ofrece una representación simplificada de la configuración logística propia del comercio electrónico: las mercancías se transportan desde las instalaciones de fabricación hasta una central de distribución (CD), en lo que se llama "line haul" o "trayecto lineal". Esta modalidad de transporte suele ser muy eficiente. Desde el CD, los productos pasan a los centros de tramitación (CT), más próximos a los centros de demanda y, por consiguiente, a menudo más pequeños y menos eficientes. Este tipo de configuración se denomina "modelo radial" o "hub and spoke". Desde cada centro de tramitación, los artículos se transportan al domicilio de entrega del cliente, a un punto de recogida o a una tienda. Esto suele realizarse utilizando furgonetas de reducido tamaño, de modo que la eficiencia de este tramo suele ser menor.

Figura 1 | Flujo logístico del comercio electrónico

Figura 1 | Flujo logístico del comercio electrónico

A medida que la mercancía va trasladándose hacia la derecha del diagrama, la eficiencia del proceso va menguando, lo que se refleja también en los costes. AT Kearney calcula que el último kilómetro representa casi la mitad del gasto total en logística. Por este motivo, el sector está buscando soluciones más económicas.

La instalación industrial adecuada en el emplazamiento correcto puede reducir el gasto del último tramo, mejorar el servicio y agilizar las entregas. El gasto de alquiler del almacén representa sólo una pequeña parte del coste logístico total, de manera que los propietarios de los almacenes suelen poder realizar importantes subidas de las rentas. Así pues, consideramos que los propietarios de activos inmobiliarios industriales en zonas privilegiadas se verán muy beneficiados por el desarrollo del comercio electrónico.

Manténgase al día de las últimas perspectivas con actualizaciones mensuales por correo

Reciba nuestro boletín de Robeco y sea el primero en leer las últimas novedades y construir la cartera más ecológica.

Manténgase al día

Automatización de almacenes

Una de nuestras maneras preferidas de sacar partido del crecimiento del comercio electrónico es a través de la automatización de almacenes. Este aspecto resulta esencial para lograr el éxito. Hay una tecnología de automatización en concreto que va a marcar el punto de inflexión: a medida que los robots aprendan a ver, por medio de la tecnología de visión, irán estando en situación de entrar en los almacenes.

Para poder trabajar en un almacén, los robots deben aprender una cosa nueva: la percepción y reconocimiento de objetos. En otras palabras, tienen que aprender a ver. Esta "tecnología de visión" incluye cámaras, sensores láser, dispositivos de identificación por radiofrecuencia (RF) y lectores de códigos de barras. Se sitúan a lo largo de toda la cadena de procesamiento de los almacenes, y se aseguran de que los elementos físicos puedan ser identificados correctamente por los elementos lógicos, esto es, por el sistema informático de control del almacén. Las empresas que fabrican estos sistemas de visión constituyen una de las oportunidades de inversión más interesantes en relación con el crecimiento del comercio electrónico.

El santo grial de la automatización de almacenes es el tratamiento. Actualmente, la mitad de toda la mano de obra que se utiliza en los almacenes se dedica a tratamiento y empaquetado, ya que el 90% de las tareas consistentes en coger productos y empaquetarlos siguen en manos de personas. Es lo que se llama la paradoja de Moravec: resulta muy sencillo enseñar a los robots habilidades adultas, pero increíblemente difícil que aprendan a realizar tareas sensoriales y de motricidad que un niño de dos años domina, como por ejemplo seleccionar dentro de un cubo un elemento concreto entre otros muchos, amontonados entre sí. No obstante, creemos que resulta posible superar este reto y que, a través de una combinación de visión 3D en máquinas y aprendizaje profundo, se logrará.

Solución mixta

Puesto que el último tramo es el principal elemento de los costes, constituye el campo de batalla más importante tanto para las operadoras mayoritarias como para las de nueva creación. No creemos que pueda haber una solución única que sirva para todos los casos, sino que probablemente este último tramo pueda resolverse mediante una combinación muy fragmentada de diversas soluciones. Las empresas de nueva creación seguramente aporten al sector de la logística tecnologías innovadoras, tales como las plataformas en la nube o la compartición multitudinaria, que permitan aprovechar más eficientemente la capacidad en general. Las grandes empresas que dominan ya el sector experimentarán con vehículos autodirigidos (AGV), drones, robots autónomos e incluso túneles de entrega. Muchas de estas opciones parecen cosa del futuro lejano, y quizás lo sean, pero algunas pueden llegar muy pronto, aunque sea en un estadio de desarrollo temprano.

Los códigos de barras, las etiquetas de identificación RFID y los láseres están generando y recopilando ingentes cantidades de datos, las cuales no valen nada si no se extraen de ellos conclusiones útiles que permitan tomar mejores decisiones. Esto pertenece ya al terreno de las empresas de software que ofrecen aplicaciones de gestión de cadenas de suministro (inter)empresariales. Con la ayuda de las aplicaciones en nube y la inteligencia artificial, la logística puede alcanzar nuevas cuotas de puntualidad y eficiencia.