Inversión sobre el clima

Soluciones

Robeco empezó a ofrecer a sus clientes inversiones sostenibles mucho antes de que el cambio climático fuese un motivo de preocupación global. Hoy en día seguimos a la vanguardia de las soluciones climáticas, desde fondos a medida a estrategias temáticas centradas en los efectos a largo del calentamiento global.

76%

de los inversores identifica el almacenamiento energético como el sector más interesante, seguido de redes eléctricas y transporte de electricidad

50%

La distribución de gas natural también está considerada ahora como una oportunidad por el 50% de los inversores. Registra la mayor subida interanual, desde el 38% de 2021.

El almacenamiento y la distribución de energía se identifican como la principal oportunidad

El almacenamiento y la distribución de energía se identifican como la principal oportunidad

Los sectores involucrados en la descarbonización atraen cada año a más inversores globales.
Más de las tres cuartas partes (76%) identifica el almacenamiento energético como el sector más interesante, seguido de redes eléctricas (71%) y transporte de electricidad (70%, frente al 62% del año pasado).
La energía solar (67%) y eólica (59%) siguen en cabeza dentro del macro sector de energías bajas en carbono.
La distribución de gas natural experimenta el mayor salto interanual (del 38% en 2021 al 50% este año).

La inversión climática no es solo la próxima gran oportunidad

Lucian Peppelenbos (Estratega climático) y Carola van Lamoen (Responsable de Inversión Sostenible) analizan el cambio climático y la inversión climática desde todos los ángulos. Escuche el trailer o el podcast completo de 25 minutos.

Desinversión: la medida rápida, no una solución

Los inversores tienen que descarbonizar sus carteras para cumplir los compromisos de cero emisiones netas, y muchos han empezado con la eliminación de los productores de carbón térmico. Pero eso no constituye una respuesta al cambio climático.

La desinversión supone una medida rápida, ya que vender una posición en una empresa elevada en carbono saca inmediatamente su huella de carbono de la cartera. Sin embargo, no supone la respuesta para el reto mayor de descarbonizar la actividad económica subyacente de la empresa en cuestión. Además, la desinversión solo transfiere el problema de un inversor a otro. Muchos de los activos de combustibles fósiles que se eliminan o excluyen los compra otros inversor, que los saca a menudo de bolsa y los excluye del escrutinio público. “Podemos descarbonizar una cartera financiera, pero no es lo mismo descarbonizar el mundo real. Al final, lo que cuenta es el mundo real,” puntualiza Masja Zandbergen, Responsable de Integración ASG.

“Rebajar las huellas de carbono de nuestras carteras con la desinversión solo significa que el carbono acaba en la cartera de otro inversor, y que el mundo real se queda como estaba. Por eso es importante interactuar con estas empresas, para que la descarbonización sea realmente parte de sus estrategias empresariales.”

“La descarbonización tiene que ser parte de la forma en que las empresas se plantean la generación de valor a largo plazo. En eso radica la auténtica esencia de la descarbonización: en que haya un nuevo modelo de negocio basado en una economía baja en carbono”.

El planeta crece, pero los recursos disminuyen

Desde el campo de cultivo a la mesa, la agricultura inteligente utiliza tecnología para optimizar los recursos, mejorar los rendimientos, reducir los residuos, conservar la biodiversidad y aumentar la seguridad de los alimentos en toda la cadena de valor alimentaria. Las estrategias Sustainable Water y Circular Economy Equities invierten en empresas centradas en aplicar avances tecnológicos específicos para las agotados recursos hídricos, así como técnicas agrícolas inteligentes para la gestión del suelo y las cosechas.

Más personas, menos tierra, menos agua

La ONU calcula que para 2050 la población humana habrá crecido hasta 9.700 millones de personas. Eso significa más de 65 millones de bocas adicionales que alimentar cada año, con la consiguiente presión sobre los sectores agrícola y de alimentos para aumentar la producción y mantener el ritmo. Además, el crecimiento exponencial de ciudades y población conlleva que la tierra sea cada vez más escasa. El número de megaciudades – definidas como aquella con más de 10 millones de habitantes – aumenta en todo el mundo, sobre todo en los mercados en vías de desarrollo.

La tierra no es el único recurso esencial escaso. El auge de la población también conlleva el de su consumo de agua. La demanda mundial de agua ya supera al suministro, y dos mil millones de personas ya viven en zonas con grave escasez de agua.

Además, el uso de agua está dominado por el sector agrícola, ya que el agua empleada para producir alimentos es mucho mayor que la utilizada para el consumo personal. Valga como ejemplo que solo para producir una manzana son necesarios 70 litros de agua.

En todo el mundo, los hábitos alimentarios están cambiando, pasando de productos básicos como raíces, tubérculos y cereales, a proteínas animales como la carne y los productos lácteos que necesitan unos insumos de agua mucho mayores y otros recursos. Aunque algunos de estos cambios son saludables y deseables, también utilizan muchos recursos y son caros, tensionando más el suministro de agua. Por ejemplo, para producir un kilogramo de carne de ternera se necesitan 15.000 litros de agua.

Retos medioambientales

Para potenciar al máximo el rendimiento de las cosechas, la agricultura industrial ha recurrido a los abonos sintéticos, herbicidas y pesticidas para estimular y proteger el crecimiento de las plantas. Sin embargo, aunque a corto plazo sirve para aumentar los rendimientos, también tienen catastróficos efectos a largo plazo en los ecosistemas y terrenos circundantes. El exceso de productos químicos se filtra en los acuíferos naturales y se vierte en arroyos, ríos, lagos y estanques, acabando con las especies vegetales y fauna autóctonas.

Además, los cultivos y la agricultura son extremadamente vulnerables a los efectos perjudiciales del calentamiento global. En algunas regiones, los cultivos se pierden por culpa de las inundaciones y el exceso de precipitaciones, mientras que en otras se resienten de las olas de calor y las sequías. Los agricultores tienen que adaptarse a un ritmo acelerado para evitar daños a los cultivos y perder las cosechas. Al mismo tiempo, para alimentar el mundo sin dañar al planeta, los agricultores tienen que optimizar recursos y diseñar prácticas agrícolas inteligentes con el clima para lograr una agricultura productivo y resiliente.

Aumentar el suministro, proteger la calidad

Unos suministros de agua sólidos son esenciales para la productividad agrícola. Nuestra estrategia Sustainable Water invierte en empresas que brindan soluciones para maximizar los recursos hídricos en todo el ciclo de extracción y reutilización del agua. En zona de escasez de agua, las empresas de la cartera están desarrollando métodos para asegurarse agua del entorno circundante. Muchos países sin acceso al mar están invirtiendo en tecnologías para recoger y depurar el agua de lluvia. En el otro extremo, los países áridos con acceso al mar invierten en plantas desalinizadoras. La purificación de aguas residuales mediante membranas de microfiltrado y los rayos ultravioletas también son tecnologías efectivas para ayudar a las regiones con déficits crónicos de agua.

Además, para transportar agua a los campos y granjas son necesarias redes eficientes de bombas, tuberías, válvulas y sistemas de irrigación. Gracias a la digitalización, estas redes y sistemas están equipados con sensores que detectan rápidamente fugas y roturas, controlan los niveles de humedad del suelo y adaptan la dosis de agua a las necesidades del suelo. Asimismo, los avances en el tratamiento y análisis del agua sirven para identificar y extraer productos químicos, abonos y contaminantes de las aguas residuales y de escorrentía, de forma que pueda ser devuelta al medio ambiente con seguridad o reciclada en el sistema.

Por último, la importancia del agua va más allá de hidratar y nutrir las cosechas. Mejorar la retención de agua del suelo ayuda a restaurar la materia orgánica y reducir la erosión, lo que se traduce en unos cultivos más nutritivos y un ganado más saludable.

De la granja al plato

Garantizar suministros de agua seguros no es el único enfoque de la agricultura sostenible. Nuestra estrategia Circular Economy invierte en soluciones que aumentan la eficiencia en los sistemas agrícola y alimenticio, desde la granja al plato. La atención que la agricultura inteligente pone en la protección del suelo y la vegetación hace que sea un ámbito maduro para la aplicación de los principios de circularidad. La tecnología GPS ya se utiliza ampliamente para guiar tractores y cosechadoras, reduciendo los costes y emisiones de CO2 asociados con la utilización de la maquinaria agrícola.

Además, la IA y el aprendizaje automático pueden enseñar a los equipos agrícolas a detectar las malas hierbas en los cultivos y a aplicar automáticamente productos de protección de cosecha con una precisión y exactitud sin precedentes. Como resultado de ello, la cantidad de productos químicos necesarios se puede reducir en hasta un 90%, protegiendo significativamente la biodiversidad sin comprometer el rendimiento de los cultivos.

El crecimiento de la población, la escasez de recursos y el cambio climático ejercen presión sobre el sector agrícola, así como sobre el medio ambiente. Nuestras estrategias de inversión Sustainable Water y Circular Economy ayudan a abordar estos retos al facilitar soluciones que no solo son efectivas y eficientes para los cultivos y el ganado, sino que también benefician al conjunto de la vida en el planeta.

Inversión temática de impacto

Soluciones concretas para retos de sostenibilidad globales

Consideramos que abordar los retos de sostenibilidad globales es una propuesta de valor a largo plazo significativa. El cambio climático, la escasez de recursos, las amenazas a la biodiversidad o los estilos de vida poco saludables son ejemplos de obstáculos del mundo real que merman el crecimiento y desarrollos óptimos de la sociedad.

Soluciones concretas para retos de sostenibilidad globales

Electrificación limpia para conducir la economía mundial al cero neto

Lograr el cero neto en el siglo XXI y mitigar el desastre climático exigen que el sector cambie de marcha, sustituya combustibles y modifique el rumbo.

La expansión de las renovables supone un poderoso revulsivo que está permitiendo el desarrollo de tecnologías y soluciones limpias en toda la cadena de valor de la energía. La implantación masiva de la energía solar y eólica ayuda a descarbonizar la generación de electricidad, y las redes eléctricas inteligentes garantizan que la demanda siempre casa con el suministro. Las baterías conectada a las redes y el hidrógeno verde garantizan que el superávit de electricidad se almacena para su uso posterior. Además, la electrificación limpia de las actividades con mayor emisión de carbono, como la movilidad de los pasajeros, la logística del transporte y la calefacción de edificios, ya está en marcha y se está acelerando.

El aumento de la electrificación y la demanda de electricidad imponen que la energía generada tenga que ser consumida de forma eficiente. Las tecnologías de próxima generación sirven para reducir el consumo de energía de las aplicaciones con elevado consumo y los dispositivos de usuario final de los sectores de edificación, industria, transporte y TI. Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility invierten en toda la cadena de valor de la energía y el transporte limpios, ofreciendo a los inversores exposición diversificada a las megatendencias de la descarbonización y la movilidad sostenible.

La energía responde a la emergencia

La población y la economía precisan de energía. Desgraciadamente, el suministro de energía primaria sigue dominados por los hidrocarburos y las emisiones globales de carbono siguen al alza. La emergencia el cambio climático ha impulsado las iniciativas para teñir de “verde” la economía mundial, desencadenando una innovación disruptiva que altera rápidamente el panorama energético.

Los gobiernos de todo el mundo han anunciado nuevas iniciativas de amplio alcance para descarbonizar la totalidad de sus economías. Entre las mismas destacan los compromisos de EE.UU. y China, que finalmente han asumido la aspiración internacional de abordar el cambio climático.

El lugar más prominente de la carrera por la descarbonización lo ocupa la electricidad libre de carbono que proporcionan las renovables. Las proyecciones internas muestran que, para 2050, es probable que la generación de energía solar haya aumentado por un factor de 20, mientras que la generación eólica de fuentes terrestres y marítimas aumentará 10 veces. Eso hará posible que el porcentaje de electricidad como parte del consumo mundial de energía crezca desde el 20% actual a un 50% en 2050. Al mismo tiempo, casi se triplicará la cuota de las renovables en el mix eléctrico.

Electrificación del transporte

La electrificación del sector del transporte ha adquirido una dinámica considerable en los últimos años y seguirá siendo importante en las inversiones relacionadas con la energía. Las ventas de vehículos eléctricos (VE) han tenido un acusado crecimiento en mercados clave como Europa o China, y deberían de mantenerse elevadas. Las estimaciones internas muestran también que las ventas mundiales de VE en 2021 casi duplican a las de 2020, que ya fue un año extraordinario, marcado por un crecimiento interanual del 130% en Europa y un importante rebote en China a finales de año.

Las inversiones en transporte de las estrategias no se limitan a los productores de VE; también cubren toda la gama de empresas auxiliares del ecosistema de VE que suministran componentes esenciales, como semiconductores de potencia, baterías de almacenamiento, sensores y accionadores, así como la infraestructura de carga de los VE.

Electrificación del entorno construido

El transporte no es el único sector con emisiones altas que la electrificación está transformando; el entorno construido también está en transición. Según la Agencia Internacional de la Energía, las edificaciones y la construcción de edificios suponen en conjunto más de una tercera parte del consumo mundial de energía, y casi el 40% de las emisiones directas e indirectas de carbono.

En respuesta a unas normas más estrictas y a la perspectiva de rebajar los costes energéticos, la edificación comercial recurre en muchos casos a la electrificación verde con fines de suministro energía y regulación, desde las bombas de calor y la refrigeración, hasta la iluminación de bajo consumo y los sistemas de gestión de edificios.

Hidrógeno verde: el eslabón perdido

Otros componentes esenciales de la ecuación energética también siguen la tendencia hacia la electrificación. La energía eólica y solar son limpias, pero dependen de la climatología y son intermitentes. Deben crearse soluciones baratas para almacenar temporalmente los superávits de energía generados. En el transporte de pasajeros, las baterías de ión-litio de los VE proporcionan una solución económica para almacenamiento energético, con nuevas mejoras en perspectiva.

Las industrias de mayor tamaño consumen más energía y son más difíciles de electrificar, aunque están surgiendo algunas soluciones limpias. El hidrógeno verde se crea dividiendo el alguna en combustible de hidrógeno y oxígeno, al emplear para ello electricidad libre de carbono de origen renovable. Conforme se expanda y sea más económico, este hidrógeno supondrá un elemento esencial para descarbonizar industrias con altas emisiones de carbono, como el transporte a larga distancia (camiones, trenes, barcos y aeronaves) y los sectores industriales (semiconductores, abonos y producción de acero).

Dar energía a la cartera de inversión

La descarbonización de la energía va mucho más allá de la producción de paneles solares y turbinas eólicas. Llegar este siglo a las cero emisiones netas requerirá transformar toda la cadena de valor de la energía.

Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility proporcionan a los inversores exposición diversificada a estas tendencias de inversión a largo plazo que están

Aprovechar nuestro proceso de cinco pasos para atajar el falso greenwashing y generar impacto positivo con bonos verdes

Bonos verdes

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Un bono verde es un bono específicamente pensado para captar dinero para proyectos climáticos y medioambientales. La estrategia ha cosechado un gran éxito, con emisiones de más de 1 billón de USD entre 2015-2022. Sin embargo, la expresión ‘bono verde’ no está legalmente protegida. Es por eso que Robeco sigue su propia política para seleccionar bonos realmente verdes para esta estrategia.

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